Comentarios del MoMA a la pintura de Rosenquist F-111.
James Rosenquist diseño su obra F-111,
de 86 pies de longitud, para envolver las cuatro paredes de la Galería Leo
Castelli, en el número 4 de la calle 77 de Manhattan. Empezó a pintarla en
1964, en medio de la turbulenta década marcada por la escalada de la Guerra del
Vietnam. Financiado con los dólares de los impuestos de los ciudadanos, el
avión bombardero F-111 fue desarrollado como el arma americana más novedosa, más
tecnológicamente avanzada. En lugar de celebrar su poder militar, Rosenquist
utilizó el avión como un símbolo de las implicaciones económicas de la guerra.
En cuanto que volaba “a través del fuego cruzado de una sociedad de consumo”,
explicó posteriormente,” el fuselaje puntiagudo del jet atraviesa imágenes
superpuestas de productos comerciales y referencias a la guerra, tales como el
secador de pelo con aspecto de bomba sostenido sobre la cabeza de una joven y
el hongo atómico congelado tras una sombrilla de playa”. A través de esa generosa
red de chocantes motivos visuales, que se extiende a lo largo de veintitrés
paneles, F-111 pone en cuestión lo que el artista ha descrito como “la colisión entre
las máquinas de muerte del Vietnam, el consumismo, los media y la publicidad”. Sus
saltos de escala, con su sorprendente yuxtaposición de fragmentos de imágenes y
su vívida paleta ejemplifican la singular contribución de Rosenquist al Pop art en los Estados Unidos.
F-111 se presenta aquí de la
misma manera en que lo hizo en su primera exhibición en 1965 en la Galería
Castelli, añadiendo además el grupo de collages que el artista creó para la
preparación de su monumental composición. Rosenquist conocía muy bien la
pintura a gran escala: antes de convertirse en artista se ganó la vida como
cartelista en Nueva York. Interesado en los fenómenos de la visión periférica,
Rosenquist quería que la pintura creara un entorno en el que sumergirse para que
aumentara la conciencia del espectador sobre su propia posición en el espacio. Solía
citar precedentes de este afán en obras como Los Nenúfares de Claude Monet y
las largas pinturas horizontales de artistas del Expresionismo Abstracto como
Jackson Pollock y Barnett Newman.
2 comentarios:
las dos images del Moma me gusto mucho, pero la foto del trabajo de James Rosenquist es mui buena.
como no llevaba trípode tiré la cámara al suelo, de esa manera sale siempre un encuadre original.
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