El viernes viajamos de New Jersey a Nueva York en un tren local.
Llegamos a Manhattan a través de la Penn Station. Subimos por la Séptima
Avenida hasta Times Square donde tomamos el metro. El billete semanal de metro
y autobús de la MTA es una de las cosas más baratas que se pueden comprar en la
ciudad: veintinueve dólares. Fuimos hasta la calle 48 y tomamos posesión del
apartamento que habíamos alquilado: un apartamento precioso con una decoración “minimal”,
muy bien amueblado.
Después fuimos a la Grand Central Station, con un vestíbulo
magnífico que es una de las construcciones más hermosas de la ciudad. Es algo
que no hay que perdérselo.
Por la tarde fuimos en metro a Brooklyn y bajamos al parque
que hay a los pies del puente para disfrutar de las vistas de la ciudad de los
rascacielos. A continuación cogimos el pasaje peatonal que tiene el puente de
Brooklyn e hicimos todo el recorrido que va acercándose a la ciudad. Llegamos a
la plaza del ayuntamiento y desde ahí nos volvimos.
Como algún maledicente anda sentando por ahí la falsedad de
que en realidad no estamos en Nueva York y que donde estamos es en casita, aquí
dejo una prueba irrefutable que muestra la presencia de mis acompañantes en la
gran manzana.
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