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jueves, 12 de abril de 2012

Cuaderno de viaje a U.S.A.: Lunes.


 El lunes dimos un paseo por el barrio. Park Avenue y la Quinta. Vimos la catedral de San Patricio, el Rockefeller Center y algunos edificios significativos hasta llegar al Empire State Building. Echamos el resto de la mañana en subir a la planta 86. No es que haya una cola muy grande, lo que pasa es que hay muchas colas. Lo han hecho muy bien para evitar que una gran cola de gente te haga desistir de pagar los 23 dólares que te exigen para gozar de sus vistas. En algún momento pensé que no merecía la pena pero al final los sacrificios compensan. Subes en un ascensor que tarda menos de un minuto en ascender los 80 primeros pisos y cuando llegas arriba hay una sala acristalada que te permite ver todo Manhattan sin salir fuera, porque a esa altura el aire sopla fuerte, pero sales fuera porque un fotógrafo de raza no se puede quedar sin hacer esas tomas y hay una alta barandilla de acero que te las estropea. Ha merecido la pena salir. Incluso te atreves a mirar hacia abajo y ves los taxis amarillos como hormiguitas y tienes todo Manhattan y algo más al alcance de tu vista.
Después de comer nos fuimos a Central Park. Pasamos por los apartamentos Dakota, donde estuvo la casa de John Lennon y por el lugar donde lo asesinaron, que es un sector del parque  que ahora se llama Strawberry fields. Dimos un buen paseo por el parque, aunque no lo recorrimos todo y nos fuimos a llenar la despensa a nuestro proveedor oficial del Harlem latino. Me confundí en una estación y, como en la novela de “La hoguera de las vanidades”, nos metimos sin querer en una estación del Bronx a las nueve de la noche. He de decir que todo el metro de NYC, a pesar de ser el medio de transporte que usa casi todo el mundo, sólo se puede definir como extremadamente cutre. Me tengo que retrotraer a mi más tierna infancia, a finales de los años sesenta del siglo pasado, para recordar estaciones como éstas. Los trenes hacen un ruido ensordecedor y todo está sucio y desarreglado. Pues bien, no creo que los países del Tercer Mundo tengan estaciones de metro como la primera del Bronx que visitamos por equivocación. No está para que la usen personas.


1 comentario:

Enrique Falcó dijo...

Que envidia de vacaciones!reciosa foto y muy emotiva en Strawberry Fields!! grande!!!!