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viernes, 24 de enero de 2014

Homenajes franquistas.

El Ayuntamiento de Burgos acoge una exposición titulada: Un hombre y el resurgir de Burgos, Yagüe, según informa PÚBLICO. Recuerda el periódico que el General Yagüe fue el que dirigió la represión más brutal en el frente, cometiendo miles de asesinatos en la retaguardia conquistada según avanzaba desde Sevilla hacia Madrid. Fue el autor de la matanza de Badajoz. Dice Público que preguntado por el New York Herald Tribune sobre ésta contestó: "Por  supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted? ¿Que iba a llevar  4.000  prisioneros rojos conmigo, teniendo mi columna que avanzar a contrarreloj? ¿O iba a soltarlos en la retaguardia y dejar que Badajoz fuera roja otra vez?".

Un tipo razonable éste que ahora recibe su homenaje en Burgos. 

... Luego hablan de los homenajes a los etarras. Estos homenajes también están prohibidos: por la Ley de la Memoria Histórica. 


jueves, 16 de enero de 2014

Adios Antonio.

Se despide mi amigo Antonio. Ha dejado dicho en su blog que se vuelve a N.Y.



Le espera un inverno duro, una ciudad dura, no sé si un trabajo duro, pero lo que está claro es que él sabrá ver los rayos de sol del invierno a través de los árboles sin hojas de Central Park, incluso sabrá ver “Central Park in the dark”, (y si no escuchará a Charles Ives, tal vez en el Avery Fisher Hall en Lincoln Center).



También sé que tiene una bicicleta con la que recorre la orilla del Hudson, río arriba y río abajo, pedaleando.



N.Y. es una ciudad con bibliotecas, así que supongo que no pasará frío, no va a faltarle material para leer, a él que le gusta tanto Alice Munro y Philip Roth.



Cualquier día nos da una alegría y nos presenta una nueva novela.


Él es así. 


martes, 14 de enero de 2014

De las movilizaciones generales a las particulares.

  • Los jóvenes buscan trabajo en el extranjero y abandonan el país, los catalanes quieren abandonarlo también, los vascos lo harán en cuanto limpien toda la porquería que les cayó encima por culpa de la maldita violencia y Diego el Cigala se ha ido a la (República) Dominicana y ha adoptado esa nacionalidad.
Decía Luis Garicano el domingo en el suplemento económico de El País que: “en un momento tan bajo como éste tenemos que elegir entre modernidad o peronismo”; y proponía que realizáramos un cambio con la vista puesta en los países del norte de Europa, que los españoles somos capaces de cambiarlo todo, incluso lo que es cultural, lo que forma parte de nuestra idiosincrasia, como hicimos con nuestras costumbres al volante o con el hábito de fumar. Posiblemente no estaré de acuerdo con el sitio a dónde Garicano nos quiere llevar, pero tengo que reconocer que el economista ha acertado con su análisis del sistema económico y político español: el capitalismo de amigos y el populismo a todos los niveles, mediático, jurídico y social. Me temo que esto va a ser más difícil de arreglar que lo de los accidentes de tráfico: el nepotismo, la corrupción clientelar, el uso de fondos públicos para enriquecerse y para financiar los partidos, no es tan fácil de controlar como la velocidad de circulación en carretera y la cantidad de alcohol en sangre al volante. 

  • Nadie ignora, (aunque a algunos ya les gustaría que se ignorara), que todo este sistema corrupto y hortera se ha venido abajo de la noche a la mañana. Concretamente de la noche del 11 a la mañana del 12 de mayo de 2010, en que el entonces presidente Zapatero dio un vuelco a su estrategia con un recorte sin precedentes del gasto público.
¿Acaso piensa el actual gobierno de Rajoy que todo este tsunami se va a acabar porque haya bajado el paro unas décimas (debido a una mayor precariedad) y porque los datos macroeconómicos sean  favorables para las empresas que nos chupan la sangre? La gente está sujetando su ira pero cualquier cosa puede hacer saltar la chispa. Personalmente yo vi saltar la chispa en los ojos de los manifestantes que se echaron a la calle cuando se supo que había muerto una familia andaluza que había pasado en poco tiempo de tener un trabajo digno a vivir de rebuscar en la basura. La chispa no llegó a saltar porque las informaciones hablaron de que todo había sido un error fatal, pero la gente estaba a punto de echarse a las barricadas en Alcalá de Guadaira, al menos a mí me lo pareció.

La chispa ha saltado ahora en Burgos. Leo las primeras noticias: disturbios en el barrio de Gamonal de Burgos porque quieren construir un bulevar. Uno se pregunta: ¿por qué no querrán los vecinos transformar una calle en un bulevar? En principio parecería una buena idea. Un bulevar es una vía que tiene más zonas peatonales que una avenida cualquiera y eso parece bueno. Las informaciones de prensa, y en especial las de la prensa que defiende a la derecha, (no hay que olvidar que el Ayuntamiento promotor de la obra es del P.P.), se emplean exclusivamente en destacar cualquier asomo de lo que ellos llaman “batalla campal”, también “kale borroka”, (así en euskera para que parezca cosa de etarras), y advierten además, de que hay violentos infiltrados. Cosas del diablo, nada más. Por el contrario, el diario en la red “Público” informa de que el problema viene de que la gente de este barrio, (compuesto por viviendas sociales de la época del franquismo), está harta de soportar numerosas carencias. A pesar de ello, resulta que el ayuntamiento se propone hacer ahora una obra en la que quieren gastar 8 millones de euros y que consiste en peatonalizar la calle Vitoria, dejando sólo un carril de circulación en cada sentido, pero, y esto es lo que irrita a la gente, construyendo debajo dos niveles de aparcamiento cuyas plazas de garaje costarían cerca de 20.000 euros cada una por un período de 40 años, en un barrio donde, hasta ahora, el aparcamiento era gratis. Además el constructor que lo va a realizar es un personaje conocido en la ciudad que ya ha estado en la cárcel por sus manejos ilegales como empresario. La gente ha visto un nuevo episodio de capitalismo de amigos, según la expresión de Luis Garicano: políticos corruptos aliados con empresarios corruptos que quieren hacer un gran negocio a costa de los ciudadanos que, con la que está cayendo y las carencias que soportan en su barrio, se han negado a seguir permitiendo que con sus impuestos se enriquezcan unos pocos, entre ellos, los políticos que deberían representarles.
Intento buscar en google noticias sobre lo que ha pasado con el proyecto del bulevar y no encuentro nada. ¿Cómo se ha hecho el proyecto, la adjudicación, qué pretende el proyecto? ¿Si la concesión de los aparcamientos va a ser una explotación de la que se va a beneficiar la empresa, por qué el ayuntamiento tiene que poner ocho millones de euros? Pero de todo esto nadie habla: actos vandálicos, kale borroka, inaceptables actitudes, etc.  Eso es lo que ellos quieren, llevar el tema a ese terreno. AQUÍ el blog "último cero" informa del problema y de sus antecedentes y comenta que el empresario, Méndez Pozo, es dueño también de los medios de comunicación:  “No en vano el propio Méndez Pozo es el propietario de la mayor parte de las cabeceras de prensa de Castilla y León, así como de RTVCyL, en el caso de la televisión autonómica junto a Ulibarri, imputado de la Gürtel.”

El partido que ganó las elecciones no tiene derecho a tomar el dinero de todos y hacer con él lo que se quiera:

 ¡esto es una democracia porque el pueblo lo quiere!

 ¡Que la democracia es sólo ir a votar… Eso se lo cuentas a otro!



miércoles, 8 de enero de 2014

¡Aparta tus sucias manos de la filosofía!

Por alguna razón que habrá que determinar algún día, nuestra sociedad es presa de un error de concepto enorme: la confusión entre fines y medios. Uno se compra un aparatito de estos que todo el mundo anhela, por ejemplo un teléfono de última generación, y alucina con lo que se puede hacer con él, aunque no tenga necesidad de hacer nada, tal vez hablar de cuando en cuando, y ya es mucho decir, porque siempre puedes esperarte a llegar a casa y llamar con el fijo, que todavía es más barato. No estoy diciendo que estos aparatos no sean magníficos y que no hagan cosas maravillosas, lo que digo es que confundimos los medios con los fines. Antes de caer en esta confusión, uno sentía una necesidad y los científicos y técnicos trabajaban para solucionarla. Ahora todo ha cambiado: los genios del marketing, los vendedores, ponen a trabajar a los ingenieros para que hagan aparatos que ellos saben que se pueden vender muy bien y, cuando están hechos, se dedican a venderlos, quiero decir a promocionarlos y a convencernos de que ese aparato lo necesitamos más que el comer. Antes, cuando uno quería algo, iba a una tienda y preguntaba: tiene usted tal cosa. Hoy día son ellos, los vendedores, los que te llaman a casa y te ofrecen una propuesta que no puedes rechazar. No puedes porque no te dejan. El otro día tuve que colgar el teléfono con malas maneras a un vendedor que me exigía que aceptara un descuento del 10% en mi actual tarifa telefónica, descuento que requería a cambio mi fidelidad inquebrantable por, al menos, un año. “Pero si lleva usted diez años con nosotros”. Pues sí, pero no sé lo que haré mañana, máxime cuando he visto que la competencia ha colocado un cable de fibra óptica que llega hasta la puerta de mi casa. Claro que, no sé si la contratación de este nuevo  sistema será obligatoria: hasta ahora nadie me ha pedido permiso para poner una caja enorme justo en la puerta de mi casa, pero la han puesto. Volvamos al tema y no nos vayamos por las ramas: confundimos los fines con los medios. De tal manera que el máximo medio para conseguir cosas, que es el dinero, se ha convertido en un fin. El dinero es un medio alucinante porque te abre todas las puertas, pero no nos confundamos, no es un fin. ¿En una isla desierta con qué nos quedaríamos en un naufragio, con una caja de zapatos llena de billetes de 500 € o con una caja de zapatos llena de buenos libros? Yo no tengo duda.

Hace tiempo escuché una conversación que me hizo pensar. Desayunaban a mi lado varios conocidos empresarios de mi localidad. Era un día de primeros de enero por la conversación que tenían, pues hablaban de las dificultades que se les presentaban para encontrar regalos de Reyes para sus hijos. Finalmente uno de ellos saltó: “Yo ya lo tengo resuelto. He visto un regalo que me ha encantado, creo que voy a acertar sin duda alguna”. A las preguntas de sus compañeros contestó el susodicho: “He visto una colección de monedas, de antiguas pesetas, que vienen en un estuche muy bien presentadas. Es un regalo precioso”. Los demás asintieron, mientras le miraban con envidia: “Qué demonios, Javier sí que sabe hacer regalos”. Ellos tenían claro que lo más hermoso que había en el mundo era el dinero y regalar dinero tenía que ser una preciosidad. No era que les diera dinero a sus hijos para que se lo gastaran en lo que quisieran, no: el propio regalo consistía en dinero, era un regalo para coleccionistas, para tenerlo en casa y mirarlo de cuando en cuando, contemplando la cosa más bella que existe en el mundo. ¿Pensarían igual sus hijos? Seguramente no porque eran aún pequeños pero no tardarían mucho tiempo en reconocer el valor de lo que para su padre era la cosa más hermosa del mundo.

Pues bien. Con el tiempo estos señores, (o algunos otros que comparten su “pensamiento” con ellos), han llegado al poder  en España y se han puesto (manos a la obra) a hacer leyes para cambiar este país y convertirlo en un país productivo. Han sacado una ley de educación que promueve el utilitarismo más zafio y han confundido la velocidad con el tocino entreverado. Si no, léase este párrafo que según José Luis Pardo (en El País) aparece en la LOMCE, la ley de mala educación que ha parido el Sr. Wert. El párrafo en cuestión habla de los fines de la disciplina de filosofía. Según este avispado legislador la filosofía sirve para: “conocer el modo de preguntar radical y mayéutico de la metafísica para diseñar una idea empresarial y/o un plan de empresa utilizando habilidades metafísicas y gnoseológicas para conocer y comprender la empresa como un todo, facilitando los procesos de cuestionamiento y definición clara de las preguntas radicales y las respuestas a las mismas, como ¿qué somos?, ¿qué hacemos?, ¿por qué?, ¿para qué sirve esta empresa?, ¿cuál es nuestra misión?, ¿cuál es su sentido, su razón de ser?”. Una transformación asombrosa desde la metafísica hasta la dirección y administración de empresas que el pobre autor del magnífico artículo comenta: “algo que resulta imposible haber escrito de no haber perdido por completo y en un solo acto el sentido común y el sentido del ridículo”. 

Dice José Luis Pardo a continuación: “Este es un régimen de vida que produce mucha más basura que ningún otro conocido, que se llena por todas partes de desechos, ruinas, desperdicios (esos mismos instantes dispersos que nacen ya obsoletos, que caducan en el mismo momento en el que nace el instante siguiente), harapos de humanidad ocultos en las montañas de porquería de los vertederos. El escritor o el pintor de la vida moderna es, en el retrato que [Walter] Benjamin hace de Baudelaire, el que convierte en una profesión el rebuscar entre la basura hasta encontrar esos residuos de sensibilidad —y de entendimiento— que la sociedad ha ido desechando precisamente para funcionar mejor, para profundizar en el modo empobrecido de vivir en medio de la opulencia tecnológica”.

viernes, 3 de enero de 2014

"Tiempos modernos" que vienen.

La filosofía desaparece de laeducación en favor de la religión y la historia, quedando relegada a satisfacer solamente a los pocos que quieran dedicarse a tareas tan improductivas.

Dice otra noticia: 

¿Eres capaz de relacionar ambas noticias?

O por el contrario: ¿Has perdido tu sentido crítico en favor del religioso y patriótico?



jueves, 2 de enero de 2014

Libertad sin ira.

He estado todo el mes de diciembre sin escribir en el blog. No es por nada, no obedece a ningún propósito: es que no hay tiempo para todo. Me tiré varios años negándome a darme de alta en las redes sociales y finalmente lo hice en Facebook por ver unos contenidos de mis hijos de los que me hablaba mi mujer. Desde entonces he perdido más de un rato, viendo lo que cuentan unos y otros. Está bien, no lo discuto, pero supone el empleo de mucho tiempo. No quiero decir que no se deba entrar en Facebook, lo que digo es que no se puede hacer todo. Pienso humildemente que cada uno debe emplear el tiempo en lo crea más conveniente, así con libertad, con derecho a elegir. De momento no es obligatorio entrar en Facebook a diario. Tienes el correo electrónico, tienes unos blogs que sigues, los periódicos… Habrá algo más que hacer que asomarse al mundo de forma electrónica, por ejemplo: asomarse al mundo en vivo y en directo.
A lo largo de mi vida he visto muchas series de televisión, algunas inolvidables. He disfrutado mucho con las que me gustaban, pero para mí tienen un inconveniente: te crean una obligación. Tal día a tal hora tienes que ver la serie. Siendo un gran aficionado a la música, he dejado de acudir a la única semana de Jazz que hay en mi ciudad porque ese fin de semana venían unos amigos a casa. A mi edad he desarrollado una capacidad enorme de buscarme distracciones, tan grande que no me caben más. A unos años de la edad de jubilación, estoy matriculado en una carrera en la Universidad y, os lo puedo jurar, me acuesto todos los días con ganas de haber leído más de lo que lo hago. Si hasta he tenido que renunciar a una de mis aficiones favoritas: leer novelas.
El tiempo es muy corto cuando vas cumpliendo edad, pero por otro lado con los años ganas en una mejor compresión de éste. Información del tiempo: es oro. Recordaba en su blog Antonio Muñoz Molina una frase de Borges que de joven no entendía bien: no hay día en el que no podamos pasar al menos unos instantes en el paraíso.
No quiero haceros perder más tiempo a los que lean esto.

Feliz año nuevo.