La ciudad de Washington, capital de la Unión, distrito de
Columbia, es muy diferente de Filadelfia, pues aquí el fundador Thomas
Jefferson contó con el arquitecto y urbanista francés Pierre Charles L’Enfant
para hacer el trazado de amplias avenidas que se cruzan en importantes plazas
que permiten la vista de los edificios representativos. Y eso se nota aún hoy. La ciudad está formada por monumentales construcciones destinadas a alojar
el gobierno y la administración del Estado Federal. Los ministerios, aquí
llamados Secretarías, las oficinas del FBI, todo está aquí representado con su estilo clásico historicista. Además, está muy
presente el desaforado desarrollo urbano realizado en los últimos años en los
que, aquí también, ha habido una burbuja inmobiliaria. La ciudad es magnífica.
Si se inicia el recorrido en el Capitolio, se puede comprobar la magnificencia
que los pioneros de la patria quisieron darle a esta ciudad llamada a ser la
capital de todos los Estados de la Unión. La cúpula civil del Capitolio
recuerda a la cúpula religiosa del Vaticano. Desde ahí un inmenso bulevar aloja
todos los museos federales que son gratuitos. Está la National Gallery de arte
con un patio de exposición de esculturas, el Museo de Historia Natural, el
Afroamericano y muchos otros. Nosotros escogimos el Museo de la Aviación y el
Espacio, donde se pueden ver aviones y naves espaciales, como el Apolo XI, la
nave con la que llegó a la luna Armstrong y sus compañeros, los primeros en
pisarla.
Siguiendo el bulevar con jardines se llega al monolito del
monumento a Washington. Desde ahí hasta el monumento a Lincoln es un inmenso
estanque: reflecting pool. Por desgracia está en obras como suele pasar a
menudo. Al final del estanque está Lincoln sentado en su sillón, como si fuera
el Moisés de Miguel Angel, resguardado por un templo enorme. Volviendo por un
lateral del bulevar se encuentra el monumento a los caídos en Vietnam. Ese
inmenso muro con los nombres de las víctimas de aquella guerra.
A la vuelta pasamos por la casa del presidente, pero había salido de fin de semana.
A la vuelta pasamos por la casa del presidente, pero había salido de fin de semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario