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lunes, 15 de octubre de 2012

Poblado Dirigido de Fuencarral I


En algunas administraciones viene habiendo recortes desde hace mucho tiempo. Recortes selectivos.
En Madrid, por ejemplo, los barrios periféricos se abandonaron mientras que se realizaban las obras faraónicas para promocionar la candidatura olímpica que no se consiguió aunque sí se ha conseguido para la ciudad la dudosa marca de tener el municipio más endeudado de España.
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El barrio donde crecí es uno de tantos barrios humildes de Madrid. Modesto, pero un buen sitio para crecer. Se construyó durante el régimen del dictador Franco. En la época en que se construían los poblados rurales del Plan Badajoz y otros que surgían de los regadíos que se creaban al hacer pantanos por toda la geografía patria, en la ciudad se construyeron los que se llamaron Poblados Dirigidos. Su nombre procedía de la idea original de solucionar el problema de los barrios autoconstruidos (chabolas) aportando el Ministerio de la Vivienda el proyecto y la dirección de arquitectos jóvenes para conseguir un resultado más digno (1). Así, junto a mi barrio se construyeron el Poblado de Absorción A, de Sáenz de Oiza y el Poblado de Absorción B, de Alejandro de la Sota, quienes con los años estarían considerados entre los mejores arquitectos españoles de su generación. Sin embargo, en el Poblado Dirigido, el Poblado C, (obra de José Luis Romany), el sistema se desnaturalizará, construyéndose con la empresa de un empresario amigo del régimen (2) en lugar de por los propios vecinos y creando un barrio que alojaría a una población que ya no era parte del aluvión migratorio. 
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El entorno social de mi barrio era de gente trabajadora pero, en general, no de extracción obrera, sino más bien pequeño-burguesa: funcionarios, empleados de cuello duro, trabajadores cualificados, algunos por cuenta propia, pequeños comerciantes. Aunque sin llegar al nivel de profesionales liberales o empresarios, eran algo más que albañiles, obreros industriales o conductores de autobuses sujetos a un jornal mínimo en aquel entonces. Aproximadamente, el barrio tiene mi edad, pues lleguamos cuando tenía cinco años, siendo la mayoría de la gente que fue a vivir allí matrimonios jóvenes con hijos pequeños. Al principio no había ni calles, sólo barrizales en los que se nos hundían las katiuskas y de las que, a veces, sacábamos el pie, dejando la bota embebida en el barro arcilloso que ocupaba lo que mucho después llegaría a ser una acera. Todavía por entonces había un guarda, el guarda que había estado allí durante toda la obra y que tenía unos perros terribles que una noche mordieron a mi padre cuando venía de trabajar. 
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Allí crecimos, jugamos, fuimos al colegio, aprendimos a hacerle frente a la vida en la calle, nos enamoramos por primera vez, soñamos un mundo mejor e hicimos algunos esfuerzos para conseguirlo. Hicimos deporte, intercambiamos libros, escuchamos juntos discos de vinilo y empezamos a hacer cosas que en casa no nos estaban permitidas. Luego nos casamos o nos independizamos y nos fuimos a otros barrios o incluso a otras ciudades; alguno incluso emigró a otro país; así que allí se quedaron nuestros padres que fueron haciéndose mayores. Ahora algunos ya no están y su hueco lo han cubierto unos pocos matrimonios jóvenes, tan jóvenes como lo eran ellos cuando llegaron allí, pero la mayoría de los que quedan son matrimonios muy mayores o personas viudas, casi siempre mujeres que viven solas. 

(1) Aún así dicen que Doña Carmen, la esposa del dictador, se alegraba de ver las caballerizas tan bonitas que se habían construido.
(2) José Banús, constructor del Valle de los Caídos que se enriqueció inmensamente en aquellos años, construyó el Barrio del Pilar, entre otros, y creó Puerto Banús.


1 comentario:

Mari dijo...

Me gusta mucho esta foto.