Es muy diferente Barcelona de
otras ciudades españolas. Lo que más me llama la atención de esta ciudad es el
aprecio que le tienen sus habitantes. Los barrios antiguos de Barcelona, como el
Raval, el Gotic, la Barceloneta, no son siempre un ejemplo de rehabilitación.
Hay muchos edificios restaurados, se han renovado otros, pero aún queda mucho
por hacer y a menudo estos barrios acogen poblaciones inmigrantes de países del
llamado Tercer Mundo, que se alojan en pisos de rentas bajas. Pues bien, a
pesar de que el estado de los barrios antiguos no es el mejor de los posibles, la
gente de Barcelona vive la calle de una manera extraordinaria, como pocas
ciudades.
El fin de semana pasado, los
diseñadores del Raval mostraron sus creaciones en el llamado Paso de Cebra.
Nuestra calle amaneció el sábado alfombrada y llena de puestos callejeros donde
se vendían bisuterías, todo tipo de objetos decorativos, regalos, etc. Al
tiempo, se dispuso de escenarios para música y pases de moda de los creadores
del barrio. Un poco más allá, la Rambla del Raval aparecía llena de terrazas
donde la gente desayunaba al sol o protegida por las sombrillas bajo las ramas
llenas de flores azules de las Jacarandas. Pasaba despacio algún coche y sobre
todo circulaban bicicletas por el bulevar. La gente leía con calma las noticias
sobre el rescate de España y los niños se subían al gato gordo, más bien
gigante, de Botero.
Un poco más allá, la Avinguda del
Paral-lel, estaba totalmente ocupada por un mercadillo variopinto de gente del
barrio que reivindicaba la calle para usos peatonales. Allí había de todo, con
tal de tomar la calle. Había puestos de venta, puestos de información y puestos
de socorro. Cualquier cosa que le quite, al menos por un día, protagonismo a
los coches para devolverle a la gente lo que es de la gente. Bicicletas,
patines y patinetes, eran los únicos vehículos que ocupaban la calzada.
Subiendo esa avenida nos llamó la
atención una música de tambores y tenoras, (esas chirimías tan típicas de la
cobla y la sardana), y la imagen fabulosa de unos gigantes danzantes. Ante
tales provocaciones no nos quedó otra que subir un poco la calle de Jaume Fabra
hasta la Plaza de las Navas. Esta plaza recién rehabilitada servía de escenario
para la danza de tres gigantes: un señor del Opus con rosario que llevaba un
ramo de flores, seguramente con la aviesa intención de seducir a una joven con
bikini y una larga falda, por la que enseñaba una pierna, y un camarero que no
sé lo que pintaba allí. La verdad que era una escena y una música de lo más
divertidas hasta que divisamos a nuestra espalda la llegada de don Xavier
Trías, excelentísimo señor alcalde de la Ciudad Condal, que estas cosas tienen
que servir siempre al marketing político. Inevitable.
Seguimos nuestro camino sin
querer saber más de políticos ni de políticas y enseguida llegamos a la Plaza
de España, donde se encuentra la Feria de Barcelona y el palacio de Montjuïc,
que está detrás de la fuente: la Font màgica de Montjuïc. Por allí se encuentra
ahora el pabellón Barcelona, el mismo que Mies Van der Rohe diseñó para la
Exposición Internacional de Barcelona del año 1929, que después de ser
desmontado al año siguiente, fue reconstruido en los años ochenta a instancias
de Oriol Bohigas por varios arquitectos catalanes, usando materiales como los
originales. Justo enfrente está el edificio de Caixa Forum, la antigua Fábrica
Casaramona, obra modernista diseñada por el Arquitecto Josep Puig i Cadafalch, (que
fue también el autor del proyecto de la Plaza de España y de la fuente). El
Caixa Forum fue rehabilitado con la participación de varios arquitectos, entre
ellos Arata Isozaki, que diseñó el Palau Sant Jordi para la Olimpiada de
Barcelona del 92. Al otro lado de la plaza estaba la plaza de toros de las
Arenas, construida por la familia Marsans, recientemente convertida en un
centro comercial. La plaza de toros de estilo mudéjar fue rehabilitada por
Richard Rogers que colgó la fachada cilíndrica de una estructura nueva,
construyó una terraza flotante con un techo en forma de cúpula y un ascensor de
formas muy High-Tech, (el estilo con el que trabaja este arquitecto inglés). También Las Arenas y, en
especial, su terraza desde la que se divisa Montjuic y una buena parte de la
ciudad, estaban llenas de gente, como toda la ciudad.
1 comentario:
UAU, nada como desfrutar de un viaje, he leido atentamente, en outubre ire otra vez a Barcelona, e quien sabe sigo tus passos. gracias por ver mis fotos, el viaje mui bien, muchas fotos. a ver so nos vemos. saludos luiz
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