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viernes, 22 de junio de 2012

Señor, qué cruz.


He visto esas fotos en las que aparece ese obispo argentino que dirige Caritas en América Latina. No entiendo por qué han levantado tanto escándalo, a mi me parece que el obispo no tiene mal gusto, al menos en temas de mujeres. Personalmente no soy creyente, así que me da igual lo que haga este señor en sus ratos de ocio. 

Aunque no soy creyente lo he sido de muy joven: creyente y practicante. Conozco las Escrituras de los Apóstoles y reto a cualquiera a que me cite un párrafo en el que se mencione que Cristo haga referencia alguna a temas del sexo. Y no es por discreción, es que el tema no tiene ninguna importancia en la doctrina que se desprende de esos escritos. Es más, cuando aparece alguna referencia circunstancial es para afirmar aun más lo que digo. Por ejemplo: San Juan 8,111:
—Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras. Tú, ¿qué dices?
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
—El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, fueron escabulléndose, uno a uno, empezando por los más viejos, hasta el último.

Así que estos temas del bajo vientre son algo que nunca me han interesado, (quiero decir moralmente). En aquellos años juveniles en que era católico y estudiaba con los Padres Agustinos, solían tomarme del hombro los reverendos padres cuando acudía a la confesión obligatoria, al tiempo que me hablaban de lo feas que podían resultar las chicas en ropa deportiva, animándome a que fuera a ver los partidos de balonmano femenino para que comprobara personalmente lo poco atractivas que resultaban y así dejara de estar permanentemente obsesionado por el sexo como lo estábamos todos los chicos de aquellos años de tanta represión. Yo les hacía caso, iba a los partidos de la liga femenina pero el resultado era que cada vez me gustaban más las chicas y menos los curas. 

Lo que más me llama la atención del asunto de este obispo es que la gente se escandalice de estas cosas. Lo verdaderamente escandaloso es que este señor obispo dirige Caritas en toda América Latina y ya sabemos que ésta es la ONG que canaliza la ayuda de la Iglesia hacia los más pobres a través de lo que ellos llaman la caridad cristiana. Lo escandaloso de este caso es que es una copia exacta del caso Dívar. Este señor está gastándose los fondos de la organización en sufragarse unas vacaciones por todo lo alto en Puerto Vallarta y seguramente invitando también a esa amiga de la infancia con la que aparece en las fotos. Eso sí que es un escándalo. Cuando Cristo dice: “toma tu cruz y sígueme”; no quería decir que abandonaran las mujeres y abrazaran el celibato, lo que dice es exactamente: “ve y vende cuanto tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo: ven, sígueme”. 

¡Tener que dar clases de doctrina cristiana en este blog…! Con tal de adoctrinar, somos capaces de hacerlo hasta de los evangelios. ¡Señor qué cruz!

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