He visto esas fotos en las que
aparece ese obispo argentino que dirige Caritas en América Latina. No entiendo
por qué han levantado tanto escándalo, a mi me parece que el obispo no tiene
mal gusto, al menos en temas de mujeres. Personalmente no soy creyente, así que
me da igual lo que haga este señor en sus ratos de ocio.
Aunque no soy creyente lo he sido
de muy joven: creyente y practicante. Conozco las Escrituras de los Apóstoles y
reto a cualquiera a que me cite un párrafo en el que se mencione que Cristo
haga referencia alguna a temas del sexo. Y no es por discreción, es que el tema
no tiene ninguna importancia en la doctrina que se desprende de esos escritos.
Es más, cuando aparece alguna referencia circunstancial es para afirmar aun más
lo que digo. Por ejemplo: San Juan 8,111:
—Maestro, esta mujer ha sido
sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las
adúlteras. Tú, ¿qué dices?
Le preguntaban esto para
comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo
en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
—El que esté sin pecado, que
le tire la primera piedra.
E inclinándose otra vez,
siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, fueron escabulléndose, uno a uno,
empezando por los más viejos, hasta el último.
Así que estos temas del bajo
vientre son algo que nunca me han interesado, (quiero decir moralmente). En
aquellos años juveniles en que era católico y estudiaba con los Padres Agustinos,
solían tomarme del hombro los reverendos padres cuando acudía a la confesión
obligatoria, al tiempo que me hablaban de lo feas que podían resultar las
chicas en ropa deportiva, animándome a que fuera a ver los partidos de
balonmano femenino para que comprobara personalmente lo poco atractivas que
resultaban y así dejara de estar permanentemente obsesionado por el sexo como
lo estábamos todos los chicos de aquellos años de tanta represión. Yo les hacía
caso, iba a los partidos de la liga femenina pero el resultado era que cada vez
me gustaban más las chicas y menos los curas.
Lo que más me llama la atención
del asunto de este obispo es que la gente se escandalice de estas cosas. Lo verdaderamente escandaloso es que este
señor obispo dirige Caritas en toda América Latina y ya sabemos que ésta es la
ONG que canaliza la ayuda de la Iglesia hacia los más pobres a través de lo que
ellos llaman la caridad cristiana. Lo escandaloso de este caso es que es
una copia exacta del caso Dívar. Este señor está gastándose los fondos de la
organización en sufragarse unas vacaciones por todo lo alto en Puerto Vallarta
y seguramente invitando también a esa amiga de la infancia con la que aparece
en las fotos. Eso sí que es un escándalo. Cuando Cristo dice: “toma tu cruz y
sígueme”; no quería decir que abandonaran las mujeres y abrazaran el celibato,
lo que dice es exactamente: “ve y vende cuanto tienes y dáselo a los
pobres, y tendrás un tesoro en el cielo: ven, sígueme”.
¡Tener que dar clases de doctrina
cristiana en este blog…! Con tal de adoctrinar, somos capaces de hacerlo hasta de
los evangelios. ¡Señor qué cruz!
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