Cuando se constituyó el actual
gobierno, recuerdo que lo primero que le escuché decir al nuevo Ministro de
Exteriores fue: “¡Gibraltar español” Un grito nacionalista que se hizo popular
entre los fascistas que eran jóvenes en los años sesenta y setenta y que fue
como su respuesta a la gran marea que supuso en Europa el mayor francés del 68.
Era una forma de ser fascista y “chic” al mismo tiempo, era un grito de guerra
como el de “patria o muerte” que decían los héroes cubanos nacionalistas,
(por entonces no eran aún los guardianes de la ortodoxia comunista). Así que
cuando se lo oí decir al Sr. García Margallo quedé un poco atónito, como si
volviera a revivir aquellos años.
Pero no. La derecha española ha
evolucionado y ya no son esa caterva fascista que fue. Ahora son liberales,
como Romney o como la dimitida lideresa de Madrid. Véase si no lo que hacía el
actual ministro de medioambiente, antes de dirigir el ecologismo ministerial.
Resulta que el señor Arias Cañete, tenía montada una empresa que se dedicaba a
comprar combustible a gasolineras flotantes asentadas en el estrecho para
venderlo en Ceuta, combustible que compraba más barato. No conozco las
condiciones en que se realiza este comercio, pero a uno, en su ignorancia, le
recuerda al contrabando, aunque en la Unión Europea ya no existe contrabando
porque es lo único que se ha conseguido. ¿Será la UE una asociación de
contrabandistas? No nos metamos en este berenjenal. Lo que sí es cierto de este
negocio es que había sido frecuentemente denunciado por los activistas medioambientales
por los muchos vertidos que produce.
¡Vaya antecedentes para un
ministro de medioambiente!
¡Coño, Cañete!
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