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lunes, 8 de febrero de 2010

Atchússss

Hacer una lista de todo lo que aquí, en “todas las cosas”, habíamos advertido y la realidad ha venido confirmando sería un tormento para nuestros sufridos lectores y una forma de meter miedo al personal con lo que nos espera si se siguen cumpliendo nuestros vaticinios, pero hay una cosa que no puedo evitar traer a colación porque ilustra muy bien un tema muy querido en este blog: nunca te fies de los expertos.

Se trata del tema de la gripe A. Ahora que ya queda poco de temporada invernal, no está demás hacer un balance de lo que ha supuesto para la población la supuesta pandemia de gripe A.

En primer lugar, en cuanto se detectaron los primeros casos de la enfermedad la OMS, (Organización Mundial de la Salud), corrió a modificar su definición de pandemia para que esta gripe pudiera entrar dentro de la misma. La gripe ha resultado tener una menor mortalidad que las otras gripes que cada año recorren el mundo y se llevan muchas más víctimas que las que ha habido este año, si bien es verdad, que ésta ha afectado a personas jóvenes y no siempre con una salud precaria.

En segundo lugar, una vez modificada la definición de pandemia, que anteriormente exigía que la enfermedad tuviese graves consecuencias para la población, todas las autoridades mundiales, a instancias de la OMS, impusieron la recomendación de la vacunación y llenaron sus arsenales de productos farmacéuticos capaces de luchar contra la misma. Recordemos cómo la oposición criticaba al gobierno porque en España no había tantas vacunas cómo habían conseguido los franceses.

Los que pensamos que todo esto era una campaña bien orquestada y a la que se le veía el plumero tuvimos la primera confirmación en las declaraciones de la famosa “monjita de Motserrat”. Que nos dio datos concretos de lo que estaba pasando.

Inmediatamente los medios salieron a decir que no era más que una monjita y que tonto sería el que se hiciera caso de estas cosas. En su día señalamos los artículos de El País en ese sentido. Aunque pronto tuvieron que matizar un poco en vista de que la monjita no era tan tonta como se pensaron y que lo que decía tenía una base en una investigación que esos medios no se habían preocupado de hacer, al menos hasta que la monjita lo sacó a la luz.

Luego llegó el invierno y trajo casos de gripe. Como todos los inviernos, aunque es verdad que algunos fueron especialmente dramáticos pues costaron la vida a algunas personas jóvenes. Todo el gremio médico, que no había dicho ni “mu” sobre las cosas que la monjita denunciaba se negaron en masa y unánimemente a ponerse la vacuna, no sin antes habernos dicho que dejáramos de besarnos y de darnos la mano, que íbamos a morir como chinches. ¿Estará el colectivo médico en manos del Opus Dei? No lo sé, pero tampoco me extrañaría nada conociendo el percal.

A partir de ahí los acontecimientos se desbocan. Ya informamos en nuestro blog que ante la falta de razones la vacunación masiva estaba siendo un fracaso y que los Gobiernos de los países “avanzados” estaban locos por venderles a los países pobres las vacunas que no gastaban. Supongo que para ello sobornarían a los gobernantes de esos países porque hubo algunos donde la población se muere por no vacunarse de las enfermedades comunes que aceptaron comprar esta vacuna que ya se sabía que no servía para nada y que además, tenía unos efectos que no estaban debidamente estudiados.

Al final, los Gobiernos de los países “avanzados” y los medios de éstos que tanto se rieron de la monjita, reconocieron que la OMS había dado un patinazo y que podría ser que se hubiera plegado a los intereses de las grandes multinacionales farmacéuticas y a algunos personajes maquiavélicos que prefiero ni nombrar aquí, porque su sola mención me revuelve las tripas y eso engrosa aún más sus ingresos, pues tengo que salir corriendo a la Farmacia más próxima a tomar algún medicamento anti-vomitivo.

 Por qué personas que parecieron tan ignorantes como la monjita y otras que no lo parecieron sino que lo eran, como nosotros, tuvimos más razón que la OMS y los medios de comunicación tan bien informados. Porque ni la monjita ni los autores de este blog tenían intereses económicos en lo que se estaba fraguando. Nótese que la célebre religiosa había sido una doctora muy cualificada que trabajó en los EE.UU. antes de abandonarlo todo y tomar los hábitos.

De todo esto deberíamos sacar conclusiones sobre la manipulación. La manipulación a la que nos someten nuestros Gobiernos y autoridades que no son más que peleles de las grandes firmas que, realmente, controlan el mundo. La manipulación a la que nos someten los medios de comunicación. ¿Qué decir de Pedro J. y Cebrián en el almuerzo de oración con Zapatero? No ya del propio Zapatero leyendo la Sagrada Biblia. Ríete tú de la monjita…

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