Es verdad que en todos los
partidos políticos españoles hay mucha corrupción. Por decirlo de una forma
suave: hay mucho sinvergüenza en política. Eso es una gran verdad y hay que
decirlo, aunque algunos de estos sinvergüenzas estén en los partidos de nuestra onda y a los que, (cuando no nos hundimos en el desánimo), votamos. Pero si tenemos que decir esto, también es una obligación moral decir
que en todos los partidos, como en todas las familias, hay gente que son buenas
personas y algunos que son extraordinarios. Hay que decirlo en honor a la
verdad, porque si no tergiversamos la realidad.
Me entero por la prensa local de
que se ha muerto Francisco Miranda, presidente de honor de la agrupación local
del PSOE de Badajoz, después de haber sido su presidente desde 1999 hasta 2008.
Paco Miranda, natural de Oliva de la Frontera pero que pasó la mayor parte de
su vida en Badajoz, era un jubilado de la barriada de la Estación al que conocí porque teníamos un
amigo común, ya también desaparecido. No tuve ninguna relación política con él
pero sí puedo decir que fue un hombre honesto y
un hombre de izquierdas con el que compartí muchas opiniones en algunas charlas
de café o tomando un vaso de vino en el bar Canarias, (de la calle Canarias), o
en el local de Los Mayores del barrio de San Fernando.
Recientemente habíamos coincidido
en nuestros paseos por la Granadilla, (el como caminante y yo en mi bicicleta),
y me había comentado que siempre le
había parecido muy mal que los partidos participaran en la dirección de las
Cajas de Ahorro. Desgraciadamente en los partidos hay más personajes del tipo
de Rodrigo Rato que personas como Paco Miranda.
Paco Miranda vivió una vida
larga, fue siempre un hombre sencillo y honesto y tuvo muchos amigos, no porque
se arrimaran a su influencia política, (que nunca debió de ser mucha), sino
porque se lo merecía, así que yo me siento feliz de haber pasado unos cuantos
buenos ratos en su compañía y haber disfrutado de su amistad.
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