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miércoles, 16 de enero de 2013

Amigos del cambio climático.



Durante años los promotores del desarrollo a cualquier precio han venido diciendo que todo esto del cambio climático era una patraña de cuatro ecologistas hippies trasnochados. Lo decían sin rubor: "quieren que volvamos a las cavernas", decían. Incluso eso que los americanos llaman los líderes, como Geroge W. Bush o José María Aznar, afirmaban tal cosa. Por eso no es de extrañar que los políticos cuando acaban su vida pública pasen a formar parte de las grandes empresas, y muy a menudo de las energéticas: Aznar, Felipe González, Javier Solana, Elena Salgado, Miguel Roca, Luis de Guindos, (cuando dejó su puesto de secretario de estado en el gobierno Aznar), Pedro Solbes, Miguel Boyer, y un inmenso etcétera, ganan sueldos de vértigo en estas empresas. No es que lo diga yo, lo dice el diario Expansión, que es una fuente cualificada.  

¿Para qué pagan sueldos astronómicos estas empresas a todos estos políticos? Para que estos líderes, que tienen una gran influencia entre sus electorados, ya sean de izquierdas o de derechas, defiendan las premisas de éstas: para que nieguen el cambio climático, alaben el aumento en el consumo de combustibles, apoyen la energía nuclear y nieguen sus riesgos, minimicen las ventajas de las energías renovables, creando en los medios de comunicación, (que lógicamente también están implicados en esta guerra de propaganda), el caldo de cultivo para sus intereses.

Pero el planeta no está implicado en esta campaña y nadie puede callarlo. Cualquiera que tenga un poco de sensibilidad puede escucharlo, puede ver que el cambio ya es notable y que sus afectos se aprecian si uno pone atención y no solo mira el tiempo para ver lo que va a hacer con su familia el fin de semana. Un organismo tan poco manipulable por los ecologistas como es la NASA lo dice en un informe con toda claridad, bien alto, para que se le entienda.

A partir de ahora les va a costar, cada vez más, defender sus posturas, pero ya suponemos lo que nos van a decir los defensores de las empresas energéticas: como ya no podemos solucionarlo, como no tiene remedio, sigamos consumiendo energía.

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