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martes, 11 de diciembre de 2012

32 años no es nada.

John Winston Ono Lennon (de nacimiento John Winston Lennon), MBE (Orden del Imperio Británico), (Liverpool, Reino Unido, 9 de octubre de 1940 – Nueva York, Estados Unidos, 8 de diciembre de 1980), (Wikipedia). 

Alguna razón habría para que a un tipo tan conocido como John Lennon le pegaran un tiro. Uno no cree que en EE.UU. haya tantos locos como parece haber. Es verdad que hay mucho estúpido, como en todas partes, y es verdad que hay demasiadas armas, pero de eso a que maten a Kennedy, a John Lennon, a Luther King, etc., hay un abismo. La experiencia de la vida nos dice que hay más causalidades que casualidades. Las cosas suelen tener una causa, de manera que si le mataron alguna razón podía haber.  

Pensemos un poco y elaboremos una teoría paranoica, que, más frecuentemente de lo que se pueda pensar, resultan ser teorías ciertas. Que John Lennon tenía cierta predisposición revolucionaria es algo que no se puede negar. Después de una infancia difícil, habiendo crecido alejado de sus padres criado por sus tíos y perteneciente a una clase social más bien humilde, Lennon fue primero un rebelde. Sin embargo, su unión con la artista Fluxus japonesa Joko Ono le hizo tomar conciencia de los problemas del mundo y en especial, posicionarse en contra de la guerra del Vietnam después de haberse trasladado a vivir a Nueva York. Esto no le hizo ninguna gracia a la administración Nixon, que siempre le tuvo en el punto de mira por sus manifestaciones pacifistas. Y es que Lennon, aunque no fuera un hombre capaz de aglutinar un movimiento en contra de la guerra, a pesar de que no fuera un hombre capaz de elaborar complejas teorías políticas, tenía algo que podía hacer mucho daño al stablishment: su popularidad. El gobierno podía aceptar la actitud contraria a la guerra de profesores como Noam Chomsky, de poetas como Allen Ginsberg o de toda una generación Hippie, pero lo que no podía admitir era que lideres de opinión como John F. Kennedy o John Lennon tomaran partido en contra de un asunto que era capital, según pensaban ellos, para la supervivencia del país como potencia dominante de Occidente.

Lo demás, era cuestión de ejecutar al desagradecido inmigrante británico con el sistema habitual que conocemos por la película JFK de Oliver Stone.

2 comentarios:

Enrique Falcó dijo...

Querido Manolo!!! es duro lo que sugieres!!! ya he tenido conversaciones parecidas!! Llámame infantil pero quiero pensar que a Lennon, igual que a tantos, lo mató un maldito loco! si no fuera así la verdad sería demasiado dolorosa para asumirla!

Menos mal que siempre nos quedará su música! UN ABRAZO!!!

manuel larios dijo...

Tiene guasa que llevo dos días tratando de contestarte y no soy capaz de hacerlo ni en mi propio blog.
Bueno, esto de la muerte de Lennon nunca lo llegaremos a saber.

Un abrazo.