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miércoles, 26 de mayo de 2010

De congelados a de-función pública

Durante un largo periodo de tiempo, digamos lo que llevamos de siglo, los funcionarios hemos visto como nuestros conciudadanos vivían la locura del consumo desaforado mientras que nosotros, serenamente, aguantábamos los gobiernos del PP con Mariano Rajoy de ministro de Administraciones Públicas (6 mayo 1996 a 18 enero 1999) congelándonos el salario.
En estos años, la gente ha cobrado comisiones por ventas, por incentivos, muchas personas han montado negocios a base de créditos que no podían pagar salvo que los resultados fueran extraordinarios, han cobrado sueldos, honorarios profesionales y otras remuneraciones. A poco que cualquiera tuviera el más mínimo negocio que le permitiera facturar, (deducirse los impuestos poniendo todos los gastos a cuenta de la actividad, o cobrar de negro y demás actividades que eran lo propio del boom español), podíamos verles al poco tiempo al volante de un Porsche Cayenne. Yo al menos los he visto.

“¡Coño! ¿qué hace fulano con ese coche?”.

“Nada, que se lo ha comprado porque puso un puesto de pipas que le va muy bien”.

Entre los funcionarios hay médicos, arquitectos, abogados, ingenieros y otros muchos profesionales. Durante todo el siglo XXI hemos visto a médicos, arquitectos, abogados, ingenieros y otros muchos profesionales haciéndose de oro en trabajos particulares nadando, (o sumergidos), en las procelosas aguas de la economía de mercado, mientras sus colegas de la Administración vivían con lo justo para ir tirando y si querían irse de vacaciones tenían que prolongar su jornada laboral durante todo el año para sacarse un extra que les permitiera algún que otro lujo, no digo yo de alternar en los campos de golf con sus colegas, que a eso no llegaban, pero sí a tomarse unas vacaciones que, con el sueldo congelado no hubieran podido permitirse. Mientras, los jóvenes, cuando salían del instituto o se cansaban de estar años y años en la universidad diciéndole a sus padres, (y al Estado español que todos pagamos y que les financiaba la carrera), que estaban estudiando, lo primero que hacían era ir a un banco y pedir un crédito para comprarse un coche, un ordenador, un portátil, un móvil y una play-station, que no todo va a ser trabajar. Después cuando encontraban empleo, pedían una hipoteca para comprarse un piso y un crédito para amueblarlo.

Ahora ese joven se ha quedado sin trabajo y tiene que pagar una hipoteca y cuatro créditos y oye que a los funcionarios, los que estuvimos congelados como los cadáveres en la morgue, nos van a bajar el sueldo y oye que tímidamente los sindicatos han propuesto una huelga de funcionarios y exclama en el diario Público:

“Mira que organizar una huelga por gente que tiene trabajo, y además fijo de por vida....”

Ahí está el más certero análisis económico, social y hasta histórico del momento que vivimos. Zapatero y este joven han encontrado a los culpables de la crisis: la ayuda al desarrollo de los países del tercer mundo, los pensionistas, los funcionarios, los pocos españoles que tenían hijos y las personas dependientes. Esos son los que van a pagar la crisis, junto con los parados y los trabajadores que se las van a ver y se las van a desear para negociar sus convenios después de lo que han hecho con los funcionarios.

Ah, y el del puesto de pipas que no va a tener quién se las compre.

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