Estos días atrás nos hacíamos eco de la noticia de que en la barriada del Cerro de Reyes el Ayuntamiento de Badajoz había cerrado una biblioteca porque los funcionarios habían sido objeto de una agresión salvaje. Desde luego que el motivo era serio pero dedicábamos nuestra atención al tema porque teníamos la sospecha de que todo era una maniobra para cerrar definitivamente el edificio, lo que basábamos en la apreciación de que esa era su intención desde hacía mucho tiempo.
Así ha sido. Finalmente las cosas han vuelto a su cauce y están donde siempre debieron estar. ¿Por qué razón la cultura y los libros han de estar en manos de administraciones civiles que unas veces son de los nuestros y otras son de la caterva roja? La cultura no puede estar en manos de estos desalmados que equiparan la unión homosexual con el santo sacramento del matrimonio. Es mejor que vuelva al seno de la Santa Madre Iglesia de donde nunca debió de salir. Ahí si podremos estar tranquilos de que nuestros hijos no leen otros libros que aquellos que gozan de la bendición papal. Tenemos que aumentar la influencia cristiana en estos barrios que habíamos dejado olvidados. Tenemos que actuar como misioneros que llevan la palabra de Dios a estos salvajes. Ahí están los Misioneros de la Esperanza (¿Aguirre?) que van a compartir local y parte de su tiempo en esta salvífica tarea. El Ayuntamiento ha puesto en manos del arzobispado la solución de estos problemas y éste ya ha dicho que “ahora será el arzobispado el que decidirá la fórmula que se empleará para hacer efectiva la cesión, puesto que el inmueble es propiedad de la Iglesia y el Ayuntamiento tiene que hacer una inversión importante en él”. Loado sea Dios. Por fin mis impuestos (y los de todos esos pecadores que no destinaban los suyos al mantenimiento de la Santa Madre Iglesia) van a ir a parar a una causa justa: la salvación de la humanidad arropada bajo el manto del Papa de Roma.
Gloria Patri, et Fili, et Spiritui Sancto.
Así ha sido. Finalmente las cosas han vuelto a su cauce y están donde siempre debieron estar. ¿Por qué razón la cultura y los libros han de estar en manos de administraciones civiles que unas veces son de los nuestros y otras son de la caterva roja? La cultura no puede estar en manos de estos desalmados que equiparan la unión homosexual con el santo sacramento del matrimonio. Es mejor que vuelva al seno de la Santa Madre Iglesia de donde nunca debió de salir. Ahí si podremos estar tranquilos de que nuestros hijos no leen otros libros que aquellos que gozan de la bendición papal. Tenemos que aumentar la influencia cristiana en estos barrios que habíamos dejado olvidados. Tenemos que actuar como misioneros que llevan la palabra de Dios a estos salvajes. Ahí están los Misioneros de la Esperanza (¿Aguirre?) que van a compartir local y parte de su tiempo en esta salvífica tarea. El Ayuntamiento ha puesto en manos del arzobispado la solución de estos problemas y éste ya ha dicho que “ahora será el arzobispado el que decidirá la fórmula que se empleará para hacer efectiva la cesión, puesto que el inmueble es propiedad de la Iglesia y el Ayuntamiento tiene que hacer una inversión importante en él”. Loado sea Dios. Por fin mis impuestos (y los de todos esos pecadores que no destinaban los suyos al mantenimiento de la Santa Madre Iglesia) van a ir a parar a una causa justa: la salvación de la humanidad arropada bajo el manto del Papa de Roma.
Gloria Patri, et Fili, et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc et semper,
et in saeccula saeculorum,
amen.
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