Los que somos pesimistas creemos en los niños por una sencilla razón: puesto que el mundo va mal, muy mal, la única solución que queda es que el futuro sea distinto, que la educación consiga crear un mundo diferente. Uno que es de familia de enseñantes siempre ha creído en esto desde siempre.
Maica no puede seguir leyendo sus historias de “El Gafitas” (¿será Manolito Gafotas?), y “La Flaca y el Gordo”.
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