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martes, 5 de enero de 2010

¿Año Nuevo?


Aquí ya dijimos, antes de que llegara el momento, que la famosa pandemia de gripe A, salvo contadas y trágicas excepciones, era un constructo para vender vacunas y Tamiflús, (véanse las numerosas entradas de este blog desde junio hasta noviembre). Hoy la noticia es que los países europeos no han gastado esas cantidades ingentes de vacunas con que se blindaron ante los alarmantes informes de la O.M.S. y no saben qué hacer con los excedentes. Lo primero que se les ha ocurrido es vendérselas al Tercer Mundo ahora que sabemos que no sirven para nada. Ayuda al desarrollo lo llaman. Francia ha encontrado compradores en Qatar y Egipto y está hablando con México y Ucrania. España está negociando con Polonia y Bulgaria. Da igual que sean países vecinos e incluso miembros de la Unión Europea, el caso es quitarse el muerto de encima de cara a la opinión pública, si es que tal cosa aún existe en nuestras avanzadas democracias. A la Agencia Europea del Medicamento se le han metido doblada los americanos como suele pasarle a Europa con sus amigos del otro lado de la mar océano.


Vivimos una crisis terrible que está dejando a mucha gente sin trabajo, sin posibilidades de defenderse económicamente y sin capacidad para pagar la hipoteca. Esta crisis la pagamos todos. Que te lo has creído tú… Se ha cerrado el año bursátil con un importante avance en las cotizaciones que han crecido de forma magnífica. En seguida los sesudos economistas de CNN+, que han tratado la noticia, nos advierten de que la Bolsa no es un indicador de la buena salud de la economía. Claro, es sólo un indicador de la buena salud de las grandes empresas que son las que están en Bolsa. Las empresas pequeñas no tienen beneficios, están ahí paradas y los trabajadores no es que no tengan beneficios es que tienen perjuicios y graves.


Nos fuimos a Copenhague pensando que el amigo americano nos iba a sacar de la crisis medioambiental. Se preparó el espectáculo con un montón de figurantes, miles, que luego fueron reducidos por los organizadores cuando se supo que la cosa no iba a funcionar. Los dirigentes de EE.UU. y las potencias emergentes han decidido que no serán ellos los que les digan a sus conciudadanos que la fiesta del desarrollo permanente se ha terminado, (en el caso de los emergentes cuando no había hecho más que empezar). De repente a los líderes europeos se les quedó cara de tontos. Merkel, Brown, Sarkozy y también Zapatero. Algún día su responsabilidad en este tema será considerada criminal. Mientras, la única consecuencia moral que han sacado es que hay que meter en la cárcel al mensajero y lo han hecho en la persona del dirigente español de Greenpeace, Juan López de Uralde, un auténtico terrorista, según la definición que de terrorista nos da Jose Manuel Lechado en “la globalización del miedo”, es decir, terrorista es toda aquel que nos interese calificarlo de terrorista. Evidentemente no son terroristas los líderes mundiales que van a permitir que el deterioro planetario siga su curso inexorable hacia la barbarie más absoluta. 


Como anticipo de la barbarie más absoluta tenemos la lucha contra el terrorismo. Después de que se invadió Iraq que no tenía nada que ver con el terrorismo, de que se amenazó a Iran, que tenía poco que ver con el terrorismo y de que no se le dijo nada a Arabia Saudí, Paquistán y otros países menores, que eran el alimento espiritual y material del terrorismo, cosa que sabía todo el mundo que leyera los periódicos salvo la Casa Blanca y la CIA, ahora nos están creciendo los enanos en Yemen y en la franja central subsahariana, (Mauritania, Mali, Níger, Chad, Sudán, Somalia), es decir, los países más pobres del mundo. De momento la solución es que nos van a ver las vergüenzas con escáner. Es bueno que la gente viva con angustia la heroica lucha contra el terrorismo.


P.D. Los Reyes son los padres.

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