Bonita polémica la que ha
suscitado Javier Marías en El País Semanal saliendo al paso de las opiniones del último libro de
Antonio Muñoz Molina: Todo lo que era sólido. El libro lo compré al día
siguiente de su salida y me lo leí en dos o tres días. Es lo que tenemos los
fanáticos. Pues bien, la polémica surge porque Antonio MM dice en su ensayo que
en los años previos al “hundimiento” los intelectuales estaban, como el resto
de la población, dedicados al disfrute de la buena vida que como nuevos ricos habíamos
alcanzado y que sólo “El Roto” presentaba una lectura crítica de la realidad
diaria de entonces. Es una bonita polémica porque ambos tienen una parte de
razón, como suele pasar en estos casos. Veamos.
Tiene razón MM porque ya lo dijo
Marx hace mucho tiempo: la estructura determina la superestructura. Qué quiero
esto decir. Que los actos culturales, (en sentido amplio, nuestras costumbres,
nuestra forma de comportarnos), depende de la base social y económica, de la
estructura que constituye la sociedad. De manera que las opiniones, por
ejemplo, no son algo que surja de la solitaria introspección del individuo sino
que están socialmente determinadas por el desarrollo económico y social de
quienes opinan. Para mejor explicarlo me remito a la entrada subida a este blog el 21 de enero que hacía referencia al happening realizado por Santiago Sierra
en el que paseaba en coche unos enormes carteles con fotos de los jefe de
gobierno y del jefe de estado españoles colocados boca abajo, en una clara
denuncia de la responsabilidad que nuestros mandatarios tienen sobre lo que le
ha sucedido a este país. En contra de lo que sucedía no hace mucho tiempo, todo
el mundo se ha interesado ahora por esto y lo ha entendido perfectamente. Nadie
ha dicho aquello de: ¿esto es arte? ¿qué significa todo esto? Ahora, las
modificaciones en la estructura social y económica han permitido que se amplíe
la base de quienes entienden estas cosas, muchos de los cuáles, no hace mucho,
no entendían nada de todo esto del arte moderno.
Pero también tiene su parte de razón
Marías, porque algunos, (entre los que él se encuentra ), han defendido siempre
la verdad y la justicia, aun cuando entonces la mayoría estuviera pensando sólo en comprarse un chalet adosado o
cambiar de coche y adquirir uno de gama alta. Y lo que es más importante, lo
que nos ha pasado no ha sido por culpa de que el común de los ciudadanos o los
intelectuales hayamos cometido todos algún tipo de error, o por mejor decir,
hayamos cometido un pecado que justifique lo que ahora está pasando, como eso
de que todo esto viene de que hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades. No señor, todo esto no viene por eso, todo esto viene porque se
han hecho demasiados aeropuertos sin aviones, demasiadas ciudades de la cultura
sin cultura y ha habido demasiados próceres sin escrúpulos y demasiados
ladrones de guante blanco que han salido indemnes de todo esto y porque el
Banco de España, el Banco Central Europeo, el City Bank y el Deutsche Bank no
pusieron freno al crédito desmedido con el que nos invadieron y ahora nos
ahogan con su también desmedida austeridad.
Así que yo no me mojo en este
debate porque entiendo las dos posturas.
1 comentario:
Muñoz Molina celebraba la fiesta como el que más, pues no en vano se lucró del bienestar generalizado que la abundancia generó. Él su tajada no la perdonó, no, no la dejó en la cazuela a beneficio común. Pero ahora viene a dárselas de listo con ese "Ya lo decía yo" exculpatorio que es como un insulto a todos menos a sí mismo y a su señora (grandes intelectuales ambos)...,con el que lo único que trata es de seguir en el candelabro (uy, perdón, candelero) para sacar tajada otra vez. "A río revuelto, ganancia de pescadores". Clink. Caja.
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