Aunque pueda pensarse lo
contrario, algunos desde el pesimismo defendemos con valentía el mayor de los optimismos.
Esto es así porque los que hemos sido tildados durante años de pesimistas somos
los más optimistas del corral porque aún creemos que se pueden cambiar las
cosas para mejorarlas.
El País semanal se cierra hoy,
como es costumbre, con el artículo de Javier Marías que en esta ocasión dedica
a los indultos. El artículo empieza así: “Les
ruego que reconozcan sinceramente que, como me pasaba a mí, hasta hace muy poco
no le habían dedicado un pensamiento a la Ley del Indulto ni a su aplicación en
España”. Parece que tal cosa sea cierta, pero oculta un hecho muy grave. En
este país se han producido, según Marías, 17.059 indultos, que se dice pronto, suponen
casi dos diarios desde que vivimos en una democracia, o para hablar con algo de
propiedad, desde que vivimos en una democracia formal, (que no real). Estos
indultos, como ahora sabemos, han sido promulgados en beneficio en su gran mayoría de numerosos
políticos de cualquiera de los partidos llamados democráticos, de algunos
servidores fieles de los mismos, (como esos mossos de escuadra que ahora conoce
todo el mundo), para gente muy poderosa, como el Sr. Sáenz del Banco de
Santander y otros, elegidos en función del carácter discrecional de la propia figura
del indulto, como menciona en su artículo Marías.
El que sólo unos infatigables pesimistas
fuéramos conscientes de este hecho puede suponer dos cosas, tal vez ambas
ciertas.
- En primer lugar que la gente no
ha querido saber. Hasta que las garras de la crisis nos han arrancado la piel y
nos han dejado con el cuerpo social sangrando, nadie quería perder el buen
humor pensando en que este tipo de cosas estuvieran pasando y que nuestra
supuesta democracia ejemplar fuera una engañifa para tontos.
- En segundo lugar, porque, si
bien es cierto que estas informaciones aparecían en los medios, no recibían tanta
atención por éstos como lo hacían el discurso anual del Jefe del Estado y las
previsiones económicas del gobierno para el ejercicio siguiente, (previsiones
que ningún gobierno llegó a cumplir pero que llenaban las portadas de los
periódicos y habrían los telediarios).
Cada cual que saque ahora sus
consecuencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario