SÁBADO 25
de agosto. Como el sábado era el día en que por fin llovía, decidimos irnos a
ver cuevas. La más conocida es la de Zugarramurdi pero nosotros entramos en la
de Urdax, por una sencilla razón: es la que está primera viniendo por la
carretera. Antes de llegar paramos en un caserío que tenía unas construcciones
antiguas muy interesantes. Casualmente, vi en internet que en este pueblo de
Urdax se produjo uno de los últimos atentados terroristas cuando la banda puso
40 kilos de explosivos en el aparcamiento de una discoteca propiedad del dueño
de las conservas Martiko, esas de patés y cosas de ocas y patos, que hacen por
aquí la competencia a los franceses y que se encuentran por todos lo
supermercados. Bueno ya me he liado. La verdad es que hicimos la visita a la
cueva porque a ratos llovía con fuerza, bastante más que un chirimiri, pero
realmente mereció la pena. Está muy bien presentada, se recorre con una visita
guiada pero lo que cuentan es muy interesante, te destacan los objetos
importantes, te señalan cosas que no habrías apreciado y te cuentan los
fenómenos que han producido esa cueva fantástica con sencillez y eficacia. Durante
casi una hora recorrimos sus recovecos y se nos hizo poco, nos gustó mucho.
Después
hicimos un recorrido por las aldeas y pasamos sin darnos cuenta a Francia donde
visitamos el pueblo de Sare (Sara). Un pueblo muy bonito donde no nos dieron de
comer en el único restaurante que hay por la sencilla razón de que ya eran las
dos y media de la tarde, aunque sí pudimos comprar un gateaux basque, un dulce
típico de Lapurdi (Pais Vasco Francés), que estaba muy bueno.
Por la
tarde fuimos al pueblo de al lado a Bozate, a visitar el museo de Santxotena.
Xabier Santxotena es un escueltor de ese pueblo, que presentan como el
continuador de la obra de Jorge Oteiza. No sé si será para tanto pero sí puedo
decir que lo pasamos fenomenal. Tiene un espacio muy amplio, una especie de
prado en el que ha dispuesto nueve naves donde aloja esculturas de madera, una
más pequeña, que debía estar ahí de antes, donde ha colocado una falsa
exposición etnográfica, ya que los aperos de labranza que enseña son falsos y
están inventados por el, y un auditorio donde te cuenta el rollo, edificio que
es una deconstrucción de uno de acero y cristal, algo magnífico. El rollo que
él cuenta es en realidad muy interesante. Se presenta como un artesano más de
los artesanos agotes. Si no sabes lo que son los agotes, Carmelo
Gómez acaba de terminar una película de Iñaki Elizalde sobre ese tema que no te
debes perder. El caso es que nos gustó mucho, todo el prado está lleno de
esculturas de acero, hormigón o bronce, entre caseta y caseta con esculturas de
madera.
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