¿Será posible? Hoy me he
levantado, me he duchado, me he lavado los dientes, me he afeitado y cuando me iba a tomar un café he abierto El
País digital y me he encontrado con un artículo de opinión nada menos que de
Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Hasta ahí todo normal. A menudo, el que fuera
presidente de mi Comunidad Autónoma, colabora con ese periódico y muchas veces
estoy en contra de lo que dice. Algunas veces incluso me exasperan sus
opiniones partidistas.
Lo que me ha helado la sangre
esta mañana ha sido constatar que en esta ocasión estoy de acuerdo con lo que
dice al 100% (hundertprozentig, que dice la Merkel).
Dejé el café y me tomé una tila.
El artículo que puede leerse
aquí, viene a decir que el gobierno nos ha metido dos mentiras que ha
conseguido que lleguen a la opinión pública y sean compartidas por todos:
- - Que hay que recortar el gasto público.
- - Que el peso de lo público en nuestra economía es superior al de otros países avanzados, especialmente por el gran aumento en el número de empleos que “ha sufrido” la administración por causa de las Comunidades Autónomas.
En cuanto al recorte pretendido
de 28.000 millones de euros, propone el extremeño reducir la economía sumergida
que suponen 70.000 millones anuales según los técnicos de Hacienda y comenta
que no es algo congénito con la naturaleza de los españoles, como no lo era el
elevado número de accidentes de tráfico al que se le puso coto persiguiendo las
conductas indebidas.
En cuanto al peso de lo público
en nuestra economía es un hecho incuestionable que es inferior al del resto de
países del entorno, incluso es parecido al de la muy liberal economía de los
EE.UU. La actual campaña contra el gasto público reside en el hecho de que ha
aumentado mucho en las últimas décadas. Claro, en 1980, cuando arranca nuestra
democracia, en España apenas se pagaban impuestos y apenas se recibían
servicios de la administración. Para ponernos al nivel de Europa ha habido que
incrementar el peso público hasta los niveles actuales.
Corregir excesos, donde los haya,
está bien. Hacer demagogia no. No creo que sea un exceso el nivel de educación que
reciben los niños españoles, ni el ratio de maestros por aula.
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