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jueves, 16 de julio de 2009

Faltan Enfermeras y sobras políticos.

Un artículo en El País analiza los problemas profesionales de la enfermería y apunta algunas de las causas que los han creado. Hace ya algún tiempo que me viene llamando la atención la gran cantidad de profesionales de la sanidad que buscan trabajo en otros países, en especial Portugal e Inglaterra. La causa de esta emigración es muy sencilla: en esos países tratan mejor a estos trabajadores. Aquí, por el contrario, hace ya muchos años que venimos siguiendo la estrategia de despreciar a los profesionales bien formados, porque en realidad no le damos ningún valor a esa formación.
En España estudiar mucho y alcanzar un elevado nivel de formación es algo que siempre ha despertado sospechas. Veamos cuáles son las profesiones en alza, las que cada vez están mejor pagadas. En primer lugar están los políticos. Cualquier administración local, regional, nacional, europea, está integrada por un número cada vez mayor de políticos que en pocos años abandonan esta meritoria labor para dedicarse a vivir de las rentas obtenidas por tan lucrativa actividad, rentas que vienen del B.O.E. o tienen un origen más oscuro, pero que en todo caso les permitirán vivir a cuerpo de rey por el resto de sus días. Otra forma de llegar a ser millonario en España es ser famoso. Hoy día cuando decimos famoso no nos estamos refiriendo a gente como Plácido Domingo, Pau Gasol o Pedro Almodóvar, gente que se ha hecho una carrera haciendo su trabajo mejor que los demás. Estos son muy famosos en el extranjero donde les admiran por su talento y dedicación pero en España son mucho más conocidos (y admirados), gente como Yola Berrocal, (tiene página web con currículo), Belén Esteban, Dinio, Derek y tantos más, que son famosos, fundamentalmente, porque se acostaron con alguien. Antiguamente en España estaba mal visto trabajar. Ahora se tolera, pero no es algo que los españoles admiremos, al contrario, la gente muy trabajadora genera una cierta desconfianza: ¿qué se habrá creído este memo? En todo caso se admira el trabajo de gente que se dedica a divertir al público, fundamentalmente toreros y futbolistas, pero aquí nadie admira a una persona por ser un medico que salva vidas humanas.
Desde hace varios años, los políticos y un subgénero de estos formado por los sindicalistas, (que también aspiran a vivir de las rentas y retirarse ricos), han entendido que en España debe ganar lo mismo un peón sin especialización alguna que un ingeniero aeroespacial, un ordenanza que hace fotocopias que un neurocirujano de prestigio, un conductor de autobuses que un director de orquesta. Ese mismo individuo te puede dar una serie de razones que justificarán, sin sombra de duda, que el Real Madrid pague cantidades astronómicas (galácticas, según ellos), por un futbolista de la isla de Madeira: no vamos a permitir que el Barça nos coma por los pies. El sindicalista y el político (ambos en vías de conseguir un retiro en la Costa del Sol), considerarán una inmoralidad que un ingeniero, un neurocirujano o un director de orquesta ganen más que cualquier otro trabajador: ¿o es que estamos todavía en el anterior régimen?
Mientras tanto, la pérfida Albión, nuestros vecinos más próximos y también los más lejanos se llevan a trabajar a sus países a nuestros artistas, deportistas verdaderamente buenos, científicos y neurocirujanos, mientras que aquí nos quedamos con lo mejor de la farándula, (Mundillo de la vida nocturna formado por figuras de los negocios, el deporte, la política y el espectáculo, según el diccionario de la R.A.E.).
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Pero, cuidado. Resulta que ha habido un error gravísimo que ha trascendido a la prensa.
Todo el mundo sabe que la sanidad en Madrid es un desastre por obra y gracia de la Presidenta Desesperanza Aguirre, a mí me lo ha dicho algún médico con cargo directivo dentro de la sanidad pública. Pues bien, ahora la señora dice que hay que investigar a fondo. Habrá que crucificar a alguna enfermera para que pague los platos rotos. No los va a pagar la Presidenta.
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