Tengo la impresión de que estoy demasiado mediatizado informativamente por mi muy leal adscripción al mundo de Polanco. La verdad es que si echo un vistazo a la prensa (en la red) al final las informaciones que me interesan y la forma de tratarlas las encuentro en El País. De todas maneras, quiero hacer un esfuerzo de independencia y para abrir mis posibilidades lectoras le doy un repaso al suplemento XLSemanal que es el que trae el periódico local de mi ciudad. Pertenece el suplemento al Grupo Correo que creo que está ahora encuadrado dentro de Vocento, que también tiene el ABC, o al menos en parte. No sé.
Para ser justo con la revista me centro en las colaboraciones de escritores de prestigio, no sea que saquemos conclusiones sobre la misma a partir de cualquier artículo frustrado, que siempre los hay. Y ahí está: Arturo Pérez Reverte. El escritor que más ha vendido en España en los últimos años. “El otro día escuché a la ministra de Educación. Me parece que era ella. Y si no, da igual. Sería otra pava que hablaba como la ministra de Educación”. Bueno vaya forma de empezar. El insigne autor pasa a continuación a hacer un paralelismo entre unas declaraciones triunfalistas de la ministra de Educación o de otra pava que hablaba como ella y la cruda realidad de una familia trabajadora que atraviesa apuros por todos lados, y termina la ilustre pluma: “Así que ya ven. Barrunto que la ministra de Educación, y el de Economía, y la ilustre madre que los parió, no hablan de los mismos jóvenes. Ni de la misma España”. Bueno este Pérez Reverte es un poco así, vayamos a otro escritor más fino.
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Para ser justo con la revista me centro en las colaboraciones de escritores de prestigio, no sea que saquemos conclusiones sobre la misma a partir de cualquier artículo frustrado, que siempre los hay. Y ahí está: Arturo Pérez Reverte. El escritor que más ha vendido en España en los últimos años. “El otro día escuché a la ministra de Educación. Me parece que era ella. Y si no, da igual. Sería otra pava que hablaba como la ministra de Educación”. Bueno vaya forma de empezar. El insigne autor pasa a continuación a hacer un paralelismo entre unas declaraciones triunfalistas de la ministra de Educación o de otra pava que hablaba como ella y la cruda realidad de una familia trabajadora que atraviesa apuros por todos lados, y termina la ilustre pluma: “Así que ya ven. Barrunto que la ministra de Educación, y el de Economía, y la ilustre madre que los parió, no hablan de los mismos jóvenes. Ni de la misma España”. Bueno este Pérez Reverte es un poco así, vayamos a otro escritor más fino.
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Encontramos en la revista otro gran escritor español que ha desligado sus destinos de los grupos editoriales que dan cobijo a la caterva roja: Juan Manuel de Prada. Y debe ser cierto porque, casualmente, el escritor dedica su artículo a esto. Mira qué casualidad, si va a ser verdad. Dice el prócer literario: “ hace algún tiempo publicaba en esta misma revista un artículo titulado Las gafas de Castellani, en el que daba cuenta de mi descubrimiento de un escritor argentino portentoso, Leonardo Castellani (1899-1981), condenado al olvido por los repartidores de bulas del cotarro cultural”. Caramba, como se cita el tipo. Hago una rápida visita a la Wikipedia para saber de este escritor y me encuentro que fue un jesuita que: "En 1946, y contra las instrucciones de su superior en la orden, se sumó como candidato a diputado a la lista de la conservadora Alianza Nacionalista. El abierto conflicto lo llevaría a exiliarse en España poco más tarde, sancionado por la orden y bajo amenaza de expulsión. Peligrando su salud mental, fue recluido en la ciudad catalana de Manresa, donde permanecería casi tres años, hasta regresar en 1949 a la Argentina, ya expulsado de la Compañía y suspendido en el ejercicio de las funciones de sacerdote". ¡Angelito! El propio artículo de la Wikipedia hace mención a los ímprobos esfuerzos de Juan Manuel de Prada para recuperar esta curiosa figura del pasado nacional-católico.
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Según denuncia este joven prodigio de la literatura (¿O ya no es tan joven?), en España no se publican las cosas verdaderamente interesantes. Eso me crea preocupación y algo de ansiedad. Sigo leyendo para conocer qué nuevos descubrimientos se están quedando sin publicar por las editoriales que dan soporte a la caterva roja y descubro: “G. K. Chesterton (Lo que está mal en el mundo), Hilaire Belloc (María Antonieta, Europa y la fe) o Chateaubriand (El genio del cristianismo)”. ¿Pero este chico aún no ha salido del colegio de curas? Válgame Dios. Se queja el prohombre de los devastadores efectos de la guerra que están siguiendo los que: “… han hecho de su beligerancia contra la tradición cristiana un rasgo de identidad”. Después, no teniendo bastante con esto, critica a los liberales y aún a los conservadores que siguen los pasos de estos enemigos de Rouco Varela, lo que nos está llevando sin remedio: “al silencio de los corderos, que caminan en rebaño y balan la misma canción”.
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Total, la derecha de siempre: un escritor cuartelero y otro meapilas.
*Un amigo me comenta que Esperanza Aguirre con Pedro J. va a acudir en socorro del valiente locutor de la COPE, Federico Jiménez Losantos.
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De momento, voy a seguir leyendo El País.
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