Pablo Echenique lanza una docena
de preguntas para tratar de averiguar cuál es el motivo de la pérdida de votos
de Podemos y le pide a las organizaciones territoriales que valoren cada uno de
los doce motivos que presenta el responsable de Organización y contesten al
test propuesto. Sin embargo, pienso que Pablo no ha incluido, la que para mí,
es la principal causa de esta pérdida: jugamos el partido adaptándonos a su
juego. ¿A qué juego? Se preguntará: al juego del P.P., desde luego, por eso ese
partido ha sido el gran beneficiado.
Dice el diario PÚBLICO: “El P.P. ha crecido en todos los territorios donde se destaparon casos de corrupción desde el 20-D”. La explicación es muy sencilla, durante la campaña de diciembre el debate versó principalmente sobre la corrupción del Gobierno, la crisis económica y sus consecuencias para las clases trabajadoras. En esos territorios que ampararon tanta corrupción hubo desafección de algunas personas decentes, pues personas decentes las hay en todas partes, incluso entre los votantes del P.P.
Sin embargo, en la segunda campaña, la de junio, el tema fue quién pacta con quién. El espectáculo de los partidos haciendo juegos malabares para articular pactos sin conseguir formar gobierno mientras el P.P. se callaba ha sido, a mi parecer, la causa del fracaso del P.SO.E., de ciudadanos y de Podemos, donde el desencanto de algunos exquisitos, (que la izquierda siempre está llena de ellos), asqueados con los movimientos maquiavélicos de unos y otros, se ha llevado muchos votos a la abstención.
Mientras, en los territorios que en diciembre perdieron votos por la corrupción se ha producido una recuperación porque ahora lo que se debatía era otra cosa y, en ese juego, el que mejor ha aguantado ha sido el P.P. Además, la mayoría de ellos siempre va a votar haga lo que haga su partido.
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