Nunca me gustó la serie de
RTVE “Cuéntame”. Porque no me gusta volver para atrás, que es una actitud
peligrosa:
No vivimos del
pasado,
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos.
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos.
No me gusta porque no recuerdo
así aquellos años. Mi padre no era un funcionario del régimen que se volvió
emprendedor cuando las cosas empezaron a mejorar en los años sesenta y todo eso
que cuenta la serie. De aquella época recuerdo muchas carencias. No tengo
nostalgia, que es un sentimiento peligroso, como decía el Sisa: del sentiment inhòspit de l'enyor.
Nosotros somos
quien somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos.
Cada cual se ha criado en un
ambiente distinto. A mí me tocó vivir de una forma determinada y sufrir unos
sacrificios que otros no tuvieron que pasar. De hecho, mucha gente lo tuvo
mucho más difícil que yo. No soy rencoroso, no me duele que para otros las
cosas fueran más fáciles, a lo que me niego es a que se presente la época del
franquismo y la transición de forma unilateral.
De cuanto fue nos
nutrimos,
transformándonos
crecemos
y así somos
quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto.
El pasado no me interesa, me preocupa el futuro, lo que
queda por pasar que, en una parte fundamental, depende de lo que hagamos ahora.
Eso es lo que me importa.
No reniego de mi
origen,
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.
Ahora resulta que esta derecha
nuestra, hija del fascismo, del franquismo, quiere dar marcha atrás en lo que
hemos venido consiguiendo durante todos estos años. Vivimos tiempos de
reacción. En todo el mundo se están conculcando los acuerdos que dieron origen
al pacto social con el que se organizó la postguerra mundial, los que dieron
paso a la transición aquí. Los poderosos se están sintiendo fuertes, están
pensando que es posible acabar con todo lo que los partidarios del progreso
fueron consiguiendo con paciencia y están dispuestos a todo, a desmontar el
estado y sustituirlo por la ambición del monopolio y colocar a la gente en jaulas
para que no molesten.
Hoy es el día en que entra en
vigor la nueva Ley Mordaza. Bien, creen que así nos van a callar. Tenemos que
decirles muy claro lo que va a pasar:
¡A la calle!, que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.
En el año en que yo nací la
libertad estaba guardada bajo siete llaves. Pero en ese mismo año se publicó “Cantos
Iberos”, de Gabriel Celaya, (del que se puede ver AQUÍ el poema completo y
otras cosas interesantes), con algunos de cuyos versos hemos adornado estas
vagas disquisiciones. Si ellos en aquellos años difíciles no se callaron: ¡que no esperen que lo vayamos a hacer
nosotros ahora!
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