Me siento próximo a Javier Cercas por varias razones. Mis orígenes son en parte extremeños, pero soy un
ciudadano del mundo; también me olvidé del cielo después de leer a Unamuno con
quince años; y he disfrutado de la lectura de los libros de Javier Cercas empezando por la
sorpresa inicial de Soldados de Salamina y terminando por Anatomía de un
instante, aunque no siempre he coincidido con las conclusiones que extrae de sus
análisis, lo cual es lógico. Ya sé que no hay mucha ciencia en la vía de la
opinión, como decía Parménides, pero apuntaré alguna sobre su artículo del domingo día nueve en EL PAIS.
Dice que no le gustó la alusión
de Pablo Iglesias sobre el cielo en la clausura de la asamblea de Podemos. Es
verdad a mí tampoco, pero supongo que lo haría como un reconocimiento a Marx,
cuyos análisis no debe olvidar nadie que se sienta de izquierdas. Porque hay
que renegar del estalinismo y de las dictaduras aun del proletariado, pero no
de los certeros análisis del filósofo alemán, (error que cometió Felipe
González hace ya algunos años), porque te puede pasar lo que le ha pasado a la
socialdemocracia europea: que te quedes sin saber dónde andas; o lo que es
peor, sabiéndolo y no haciendo crítica de ello sino aprovechándote para engañar
al personal.
Menciona después el escritor esa
idea que anda por ahí que afirma que “los dirigentes de Podemos parecen haber
corregido algunas de sus disparatadas ideas del principio”. No Sr. Cercas,
Podemos nunca dijo, por ejemplo, que iba a dejar de pagar la deuda del Estado
si llegaba al poder como han dicho algunos medios, lo que siempre ha dicho es
que hay que hacer una auditoría de la deuda para dirimir qué deuda es lícita y
cual no, como han hecho ya países como Islandia, Ecuador y otros, los cuales
están saliendo de la crisis bastante mejor que nosotros. Lo puede leer en el
libro “El gobierno de las palabras” escrito por Juan Carlos Monedero hace más
de cinco años.
A pesar de que el Sr. Cercas dice
muy certeramente que el primer problema político de este país desde hace años,
no es otro que la colonización de la vida pública por los partidos
políticos, pasa luego a hacer la crítica
de que Podemos no haya concretado aun lo que va a hacer para solucionar este y
otros problemas. ¡Vaya!, Podemos en siete meses, cuando aún no se ha
organizado, cuando todavía no tiene secretario general, se ve obligado a dar
tantas explicaciones y, sin embargo, no se las pedimos a los que llevan treinta y cinco años
dirigiendo la política nacional.
Pero, además, no es así. Podemos ahora sólo
está en el Parlamento Europeo, pero en este organismo, entre otras cosas, ya ha
pedido, con otros grupos de izquierda, que se clarifiquen las conversaciones que
la Unión Europea mantiene en secreto con Estados Unidos de cara a una mayor
liberalización del comercio mundial (para las grandes empresas). Puede uno
pensar: ¿y qué tienen de malo las grandes empresas? Pues en mi humilde opinión
ese es el hecho más grave que se está produciendo en estos momentos en Europa; mírese sino las informaciones que estos días trae la prensa sobre la tributación de éstas. Los que no han hecho nada sobre todo esto son los conservadores,
liberales y socialdemócratas. Ya verá cómo Podemos si lo hace.
Se suele decir que podemos es
gente normal haciendo cosas extraordinarias. Se acusó al movimiento del 15M de
que sólo había tomado la calle pero no había hecho nada para participar en
política. Después, un grupo de expertos en ciencia política creó un partido con
el éxito por todos conocidos, y ahora se le pide a ese partido que explique lo
que va a hacer cada ministerio si gana las elecciones. Vamos a hacer las cosas
bien y a su tiempo. Pablo Iglesias ha dicho que no tiene prisa en presentarse a
las municipales, que hay que ir dando pasos firmes, que hay mucho trabajo por
delante y que no se puede fracasar.
Ahora mismo se están debatiendo
estas y otras cosas en el seno de la formación. En la pasada asamblea de
Podemos se aprobó que si la gente está en desacuerdo con cualquier cargo
orgánico, incluido el secretario general, llegando a contar con un veinticinco
por ciento de militantes puede pedir una votación para revocar su nombramiento.
Por ahí se empieza a cambiar. Le invitaría al Sr. Cercas, a que conozca mejor
Podemos acudiendo a sus propias fuentes en lugar de hacer caso de lo que se
dice por ahí.
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