Pérez-Reverte afirma: “No les
quepa duda. Seremos decapitados, tarde o temprano”.
No contestaría esta afirmación
si se tratara de dedicar mi tiempo a reflexionar sobre lo que dice el famoso
académico de la lengua, porque hace mucho tiempo que me cansé de sus
espadachines y sus emulaciones novelescas de Alejandro Dumas. Es cierto que
Pérez-Reverte es buen escritor y mejor periodista, pero sus opiniones suelen
ser dislates que sólo se basan en lo que a él le sale del alma, por no decir de
otra parte más corporal, en cada momento. Tengo que reconocer que yo tengo el
mismo vicio, tan propio de los pueblos mediterráneos, que no es otro que el de la
vehemencia, la rabia exasperada que sale de la sangre caliente de los
españoles. Pero a diferencia del famoso escritor, uno lo considera como un
vicio y en cuanto que la cabeza se percata de que estamos perdiendo las
riendas, hace frenar al potro desbocado y lo reconduce hacia la mesura y la
templanza, (como explicó Freud a través de su concepto del “Superego”). Por el
contrario nuestro escritor, cuando ve que la sangre se le calienta, toma la
pluma y plasma todo lo que se le ocurre en el papel. Así hace sus famosas
crónicas periodísticas en las revistas con las que colabora y así ha
establecido un estilo propio de comentar la actualidad. El que uno dedique
parte de su tiempo a analizar las afirmaciones del escritor cartagenero se debe
a que, según mi parecer, esconde graves afirmaciones.
Parece que pretende ser una
llamada de atención para que estemos atentos y preparemos nuestra defensa
frente a posibles invasiones bárbaras de los pueblos que obedecen las consignas
del Islam. Apoya su visión de este conflicto en su experiencia como reportero
en otros que pudo presenciar y que tan fielmente nos contó en la televisión
pública de aquellos años de finales del siglo XX, en que aún ejercía el
periodismo a pie de calle.
Pero ahí radica lo más
siniestro de sus afirmaciones, porque él conoció bien el caso de la antigua
Yugoslavia, (Territorio Comanche), y sabe cómo este tipo de informaciones,
tendentes a atemorizar a la opinión pública, que fueron manejadas durante años
por algunos, (en especial por los serbios contra los bosnios musulmanes),
acabaron creando unas masacres infames que tuvieron numerosas consecuencias
dramáticas para todos, en especial para los propios bosnios que sufrieron matanzas
calificadas por la mayor parte de los observadores de “genocidio y crímenes
contra la humanidad”. Milosevic fue internado en la Haya para ser sometido a
juicio por estos cargos y murió en su celda. Antes de todo aquello, durante
años, los medios de comunicación controlados por los serbios habían envenenado
al pueblo con mensajes del tipo de los que utiliza Pérez-Reverte en el artículo
comentado y no me cabe duda de que éste habrá conocido de primera mano los
mensajes racistas de Radovan Karadžić. (Por cierto, aquel conflicto acabó
con la intervención de la OTAN para
parar aquellos crímenes y nuestro país formó parte del contingente, y a mucho
honra).
Cuando uno califica a todo un
pueblo por el mero hecho de pertenecer a una etnia, está elaborando un
pensamiento que es racista. Cuando uno afirma que con toda seguridad nos van a
decapitar está mintiendo. La afirmación de Pérez-Reverte es una mentira
racista. Es decir, fascismo puro y duro.
Claro que hay asesinos
sanguinarios entre los pueblos islámicos. Hay terroristas, hay radicales
ignorantes y hay gobiernos que los apoyan. Algunos son gobiernos considerados
criminales, como el de Irán, otros son gobiernos amigos, como los de las
monarquías hermanas del Golfo Pérsico, incluida la de Arabia Saudí. Decir que
todos los musulmanes son terroristas es como decir que todos los alemanes son
nazis o que todos los napolitanos pertenecen a la mafia. Nadie con sentido
común puede afirmar tal cosa. Yo tengo dos médicos palestinos, hay aquí un
carnicero marroquí, y la mayor parte de la agricultura extremeña, (por ejemplo el
tabaco del valle del Tietar), la cosechan los marroquís, entre los que hay
algunos criminales y una mayoría de gente decente como en todas partes.
Nuestra obligación es
responder a los riesgos con los medios de que disponemos, llegado el caso, si
no queda otra solución, también con medios militares, pero no creo que
Pérez-Reverte esté proponiendo que hagamos con todos los países musulmanes lo
que Israel hace con Palestina. ¿O acaso se trata de justificar a Israel con sus
afirmaciones?
Cuando él afirma que los
musulmanes nos van a cortar la cabeza está tergiversando hechos constatables. Por
ejemplo, es cierto que un grupo terrorista islámico, (y no ETA por cierto),
produjo 190 muertes inocentes en los atentados del 11-M en Madrid. Nuestra
policía acabó deteniéndolos y se suicidaron como los fanáticos que eran. Pero
no es menos cierto, que sólo en los enfrentamientos de este mes los israelís
han matado a más de 1.700 personas, la mayoría tan inocentes como los nuestros
y entre los que se incluyen niños, mujeres, ancianos, (esa cifra es aproximadamente
el doble de todas las víctimas producidas por ETA desde 1.960). De momento es a
ellos a quienes están cortando la cabeza y eso debería preocupar a
Pérez-Reverte porque eso es una verdad constatable. Lo demás son elucubraciones
suyas.
En el fondo de todo esto está la
incapacidad de ver al “otro”, la incapacidad de aceptar a personas que son
distintas a nosotros. Esa incapacidad es lo que hace a las personas racistas.
El estudio de la antropología ha demostrado que en lo que se refiere a las
costumbres los pueblos son muy distintos unos de otros, pero también que en las
cosas fundamentales somos todos iguales. En la época de la Guerra Fría, decía
una canción de Sting: I hope the Russians love their children too. Es decir:
espero que los rusos sean como nosotros y no quieran ver morir a sus hijos, en
definitiva, que no hagan uso de las bombas atómicas. Y así fue, los rusos
también amaban a sus niños. ¡Qué casualidad que cuando había un bloque
comunista los musulmanes nos importaban un pimiento y nadie los tildaba de
asesinos peligrosos!
P.D. Mis opiniones son tan
discutibles como las de cualquiera, pero no acepto que se desacrediten diciendo
simplemente que son “buenismo”. Para rebatirlas deberá usarse argumentos, no
calificativos estúpidos del tipo de los que se usan cuando alguien dice: voy a
ser políticamente incorrecto…
No hay comentarios:
Publicar un comentario