Se queja Oscar, de Caballero 60, de los recortes en las infraestructuras de Cataluña y tiene razón. La culpa es doble: por un lado el estado central es reticente a gastar más dinero en los “ricos catalanes” y por otro, la Generalitat aprieta el gasto en las cosas que son símbolos nacionales como la cultura o inciden en ello como la educación y afloja en el resto. No se olvide además que la Generalitat ha estado muchos años en manos de la derecha (civilizada y local pero derecha), con lo que supone eso de recorte en el gasto.
Precisamente en mi Comunidad pasa lo contrario. Existen lugares aquí que son Patrimonio de la Humanidad y de los que la Junta no se ha preocupado nunca, aunque ahora anda en una campaña (publicitaria, por supuesto), sobre el monasterio mudéjar de Guadalupe, que está en estado de casi abandono desde hace muchos años, pero también desde que existe la Junta de Extremadura.
Hace pocos días participé en un estudio sociológico sobre temas musicales con base en las estadísticas oficiales del Ministerio de Cultura. Pues bien, los resultados de Extremadura son de auténtico escándalo comparándolos con cualquier otra Comunidad, aún las más pobres. No tienen parangón con Andalucía, Canarias o Galicia. Sin embargo aquí la consigna es infraestructuras.
Entre las dos capitales provinciales existe un tráfico local más bien escaso, lo puede comprobar cualquiera que viaje por la carretera Badajoz-Cáceres, pues ahora anda la Junta de Extremadura en un proyecto para hacer una autovía que una las dos capitales. Todo el mundo apoya el proyecto para lo cual aporta opiniones de todo tipo, pero a nadie le preocupa que la actual carretera y la futura autovía atraviesen uno de los espacios naturales mejor conservados de la Península, La Sierra de San Pedro, que es una Z.E.P.A. (Zona de Especial Protección para las Aves), según declaración de la UNESCO. ¿Y todo para qué? Para un tráfico local de unos pocos coches. Los que nos oponemos a la obra somos unos ilusos. Mientras, en Barcelona y también en Madrid las infraestructuras de transporte no dan para mover a una población tan numerosa.
En España todo el transporte está en función de la carretera, mientras países como Suiza no permiten el tráfico internacional de mercancías por camión: tienen que ir obligatoriamente en tren. Aquí el tren prácticamente no existe y donde existía se está desmantelando. Extremadura, por ejemplo, con tanta obsesión por infraestructuras de “alta gama”, no tiene un solo kilómetro de ferrocarril electrificado. Por una vía única pasan los trenes (con máquinas diesel) que van a Lisboa. Pero ahora van a hacer un AVE. Bueno, van a hacer un AVE a cada ciudad de España. Esas grandes infraestructuras son las que dejan buenos beneficios, a los constructores y a los políticos (o grupos políticos) que controlan las administraciones, pero nadie se preocupa por restaurar edificios históricos, construir vías de tren locales, etc. Solo queremos construir edificando como en Benidorm y haciendo vías para el AVE.
¡Qué horterada de país para ser la octava potencia mundial!
Precisamente en mi Comunidad pasa lo contrario. Existen lugares aquí que son Patrimonio de la Humanidad y de los que la Junta no se ha preocupado nunca, aunque ahora anda en una campaña (publicitaria, por supuesto), sobre el monasterio mudéjar de Guadalupe, que está en estado de casi abandono desde hace muchos años, pero también desde que existe la Junta de Extremadura.
Hace pocos días participé en un estudio sociológico sobre temas musicales con base en las estadísticas oficiales del Ministerio de Cultura. Pues bien, los resultados de Extremadura son de auténtico escándalo comparándolos con cualquier otra Comunidad, aún las más pobres. No tienen parangón con Andalucía, Canarias o Galicia. Sin embargo aquí la consigna es infraestructuras.
Entre las dos capitales provinciales existe un tráfico local más bien escaso, lo puede comprobar cualquiera que viaje por la carretera Badajoz-Cáceres, pues ahora anda la Junta de Extremadura en un proyecto para hacer una autovía que una las dos capitales. Todo el mundo apoya el proyecto para lo cual aporta opiniones de todo tipo, pero a nadie le preocupa que la actual carretera y la futura autovía atraviesen uno de los espacios naturales mejor conservados de la Península, La Sierra de San Pedro, que es una Z.E.P.A. (Zona de Especial Protección para las Aves), según declaración de la UNESCO. ¿Y todo para qué? Para un tráfico local de unos pocos coches. Los que nos oponemos a la obra somos unos ilusos. Mientras, en Barcelona y también en Madrid las infraestructuras de transporte no dan para mover a una población tan numerosa.
En España todo el transporte está en función de la carretera, mientras países como Suiza no permiten el tráfico internacional de mercancías por camión: tienen que ir obligatoriamente en tren. Aquí el tren prácticamente no existe y donde existía se está desmantelando. Extremadura, por ejemplo, con tanta obsesión por infraestructuras de “alta gama”, no tiene un solo kilómetro de ferrocarril electrificado. Por una vía única pasan los trenes (con máquinas diesel) que van a Lisboa. Pero ahora van a hacer un AVE. Bueno, van a hacer un AVE a cada ciudad de España. Esas grandes infraestructuras son las que dejan buenos beneficios, a los constructores y a los políticos (o grupos políticos) que controlan las administraciones, pero nadie se preocupa por restaurar edificios históricos, construir vías de tren locales, etc. Solo queremos construir edificando como en Benidorm y haciendo vías para el AVE.
¡Qué horterada de país para ser la octava potencia mundial!
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