Sánchez Dragó es un intelectual del régimen pero sin régimen. Está en espera de destino. Es el intelectual de cabecera de la familia Aznar. ¿Será él quien ha aconsejado a la hija ponerle Pelayo al niñó que acaba de tener? Mientras tanto se relaja y suelta una clase magistral de fascismo en las páginas (culturales por supuesto) de El Mundo: la democracia es una religión. Yo no soy demócrata soy aristócrata. El multiculturalismo es ácido sulfúrico para las culturas. El sufragio no debería ser universal.
Ha buscado la memoria de su padre (militar asesinado al inicio de la guerra), pero está en contra de la memoria histórica. Será porque como aristócrata él sí tiene derecho, los pobres desgraciados, (como dice Sarko), esos no.
Ha buscado la memoria de su padre (militar asesinado al inicio de la guerra), pero está en contra de la memoria histórica. Será porque como aristócrata él sí tiene derecho, los pobres desgraciados, (como dice Sarko), esos no.
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