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viernes, 23 de octubre de 2009

¡At.....chuuuuuuus !

La gripe aviar (aquella de los pollos), la H5N1, apareció en Vietnam, se extendió por Asia y causó una gran alarma porque se habló de algunos casos de contagio a humanos y de que, en consecuencia, nos íbamos a contagiar todos.
Uno de los hombres más poderosos del mundo, Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa de Bush, el criminal de guerra que se inventó lo de que Iraq era la cuna del terrorismo mundial y que tenía armas de destrucción masiva, era uno de los accionistas de una empresa de investigación que sacó un producto que decía que funcionaba contra la gripe: Tamifú. ¿Te suena? Parece ser que este producto sólo tiene alguna eficacia en mejorar alguno de los síntomas, como hace la aspirina de toda la vida. Cuando convencieron a la OMS y al mundo entero de que la gripe aviar iba a ser una gran pandemia los estados compraron cantidades enormes de Tamiflú para controlar los efectos de la pandemia. Al final la pandemia no se produjo y no se vendió todo el Tamiflú que se podía haber vendido.
Ahora resulta que aparece en circunstancias extrañas una nueva gripe que tiene su origen en el cerdo, la H1N1. Donald Rumsfeld y sus amigos se frotan la manos, ahora sí que van a vender Tamiflú (¿o son ellos los que la han creado?), y, además, hay que vacunar a la población del mundo mundial. En Discovery Salud, afirma José Antonio Campoy que de esta crisis puede salir dañada la credibilidad de la OMS, y de las agencias estatales norteamericanas y europeas, si no es que el mundo está tan alienado que se traga ya cualquier cosa.
De la misma manera que denunciaron que la gripe aviar era un bulo, lo están haciendo ahora sobre la gripe A, (así llamada para no hundir la industria de la carne porcina), y señalan que tanto la vacuna como el tratamiento con Tamiflú no tienen garantías de que sea eficaz, así como tampoco hay garantías de los efectos perniciosos que pudieran ocasionar.
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¡Salud!.
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