No volveré a cenar tortilla de
patatas. Ha sido una noche horrible y es que no puedo cenar tortilla de
patatas, porque me voy a la cama y no paro de tener pesadillas, es algo
genético, le pasa igual a mi madre. Anoche tenía para cenar una ensalada y un poco
de pescado ahumado que había sobrado del día anterior, pero no me apetecía
tomar nada frío. Son los primeros días verdaderamente otoñales y por la noche refresca
un poco en casa, porque todavía no ponen la calefacción en mi bloque. Así que
me dije: “¡Por una vez no pasa nada!” Pero fue una gran equivocación. Ya no
volverá a pasar. No merece la pena sufrir tanto, porque, hay que reconocerlo,
aunque sólo sea un sueño se sufre y mucho. La tortilla estaba deliciosa, con
mucha cebolla bien frita, ni muy hecha ni muy cruda, en su punto.
Que ¿qué soñé? Puaf…
No recuerdo qué problemas
políticos habíamos tenido, pero la cuestión es que soñé que el presidente del gobierno
salía en la tele dando una rueda de prensa plagada de medidas económicas todas
ellas terriblemente restrictivas. Me desperté sobresaltado y tuve que tomarme
un vaso de leche caliente para volver a conciliar el sueño. Me dormí, pero lo
que vino luego fue todavía peor. Soñé que el gobierno perdía las elecciones y
la derecha ganaba en todos los estamentos del Estado. A continuación nos
bajaban los sueldos, nos subían los impuestos, nos recortaban todo lo que
habíamos conseguido a lo largo de tantos años de esfuerzo y lucha: la sanidad,
la educación pública, la asistencia social, todos los subsidios, dejaban a los
inmigrantes morirse en la calle, a los parados no les daban ni para comer,
España volvía a ser un país de caridad, como lo ha sido casi siempre a lo largo
de su historia, como en los años del franquismo. Te acuerdas de los programas
de la radio: Ustedes son formidables. También le quitaban casi todo el dinero a
la investigación, a la protección del medio ambiente, a la ayuda al desarrollo,
a todo. ¿Y sabes para qué era todo eso? No te lo puedes ni imaginar: para
dárselo a los bancos. ¿Qué para qué? Para que se lo quedaran ellos. No, no
daban créditos, no hacían nada por el resto de la sociedad, se lo quedaban los
más ricos de los ricos, los banqueros como Botín y demás.
No te preocupes, no se me
volverá a ocurrir cenar tortilla de patatas. Es que me sienta fatal. Que ganas
tenía que amaneciera, desayunar frugalmente y salir hacia el trabajo con un
periódico bajo el brazo. Con un periódico deportivo, claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario