- Los jóvenes buscan trabajo en el extranjero y abandonan el país, los catalanes quieren abandonarlo también, los vascos lo harán en cuanto limpien toda la porquería que les cayó encima por culpa de la maldita violencia y Diego el Cigala se ha ido a la (República) Dominicana y ha adoptado esa nacionalidad.
Decía
Luis Garicano el domingo en el suplemento económico de El País que: “en un
momento tan bajo como éste tenemos que elegir entre modernidad o peronismo”; y proponía que realizáramos un cambio con la
vista puesta en los países del norte de Europa, que los españoles somos capaces
de cambiarlo todo, incluso lo que es cultural, lo que forma parte de nuestra
idiosincrasia, como hicimos con nuestras costumbres al volante o con el hábito
de fumar. Posiblemente no estaré de acuerdo con el sitio a dónde Garicano nos
quiere llevar, pero tengo que reconocer que el economista ha acertado con su
análisis del sistema económico y político español: el capitalismo de amigos y
el populismo a todos los niveles, mediático, jurídico y social. Me temo que
esto va a ser más difícil de arreglar que lo de los accidentes de tráfico: el
nepotismo, la corrupción clientelar, el uso de fondos públicos para
enriquecerse y para financiar los partidos, no es tan fácil de controlar como
la velocidad de circulación en carretera y la cantidad de alcohol en sangre al
volante.
- Nadie ignora, (aunque a algunos ya les gustaría que se ignorara), que todo este sistema corrupto y hortera se ha venido abajo de la noche a la mañana. Concretamente de la noche del 11 a la mañana del 12 de mayo de 2010, en que el entonces presidente Zapatero dio un vuelco a su estrategia con un recorte sin precedentes del gasto público.
¿Acaso
piensa el actual gobierno de Rajoy que todo este tsunami se va a acabar porque
haya bajado el paro unas décimas (debido a una mayor precariedad) y porque los
datos macroeconómicos sean favorables
para las empresas que nos chupan la sangre? La gente está sujetando su ira pero
cualquier cosa puede hacer saltar la chispa. Personalmente yo vi saltar la
chispa en los ojos de los manifestantes que se echaron a la calle cuando se
supo que había muerto una familia andaluza que había pasado en poco tiempo de
tener un trabajo digno a vivir de rebuscar en la basura. La chispa no llegó a
saltar porque las informaciones hablaron de que todo había sido un error fatal,
pero la gente estaba a punto de echarse a las barricadas en Alcalá de Guadaira,
al menos a mí me lo pareció.
La chispa ha saltado ahora en
Burgos. Leo las primeras noticias: disturbios en el barrio de Gamonal de Burgos
porque quieren construir un bulevar. Uno se pregunta: ¿por qué no querrán los
vecinos transformar una calle en un bulevar? En principio parecería una buena
idea. Un bulevar es una vía que tiene más zonas peatonales que una avenida
cualquiera y eso parece bueno. Las informaciones de prensa, y en especial las
de la prensa que defiende a la derecha, (no hay que olvidar que el Ayuntamiento
promotor de la obra es del P.P.), se emplean exclusivamente en destacar cualquier
asomo de lo que ellos llaman “batalla campal”, también “kale borroka”, (así en
euskera para que parezca cosa de etarras), y advierten además, de que hay
violentos infiltrados. Cosas del diablo, nada más. Por el contrario, el diario
en la red “Público” informa de que el problema viene de que la gente de este
barrio, (compuesto por viviendas sociales de la época del franquismo), está
harta de soportar numerosas carencias. A pesar de ello, resulta que el ayuntamiento
se propone hacer ahora una obra en la que quieren gastar 8 millones de euros y
que consiste en peatonalizar la calle Vitoria, dejando sólo un carril de
circulación en cada sentido, pero, y esto es lo que irrita a la gente,
construyendo debajo dos niveles de aparcamiento cuyas plazas de garaje
costarían cerca de 20.000 euros cada una por un período de 40 años, en un
barrio donde, hasta ahora, el aparcamiento era gratis. Además el constructor
que lo va a realizar es un personaje conocido en la ciudad que ya ha estado en
la cárcel por sus manejos ilegales como empresario. La gente ha visto un nuevo
episodio de capitalismo de amigos,
según la expresión de Luis Garicano: políticos corruptos aliados con
empresarios corruptos que quieren hacer un gran negocio a costa de los
ciudadanos que, con la que está cayendo y las carencias que soportan en su
barrio, se han negado a seguir permitiendo que con sus impuestos se enriquezcan
unos pocos, entre ellos, los políticos que deberían representarles.
Intento buscar en google noticias
sobre lo que ha pasado con el proyecto del bulevar y no encuentro nada. ¿Cómo se ha hecho
el proyecto, la adjudicación, qué pretende el proyecto? ¿Si la concesión de los
aparcamientos va a ser una explotación de la que se va a beneficiar la empresa,
por qué el ayuntamiento tiene que poner ocho millones de euros? Pero de todo
esto nadie habla: actos vandálicos, kale borroka, inaceptables actitudes, etc. Eso es lo que ellos quieren, llevar el tema a
ese terreno. AQUÍ el blog "último cero" informa del problema y de sus antecedentes y comenta que el empresario,
Méndez Pozo, es dueño también de los medios de comunicación: “No en vano
el propio Méndez Pozo es el propietario de la mayor parte de las cabeceras de
prensa de Castilla y León, así como de RTVCyL, en el caso de la televisión
autonómica junto a Ulibarri, imputado de la Gürtel.”
El partido que ganó las elecciones no tiene derecho a tomar el dinero
de todos y hacer con él lo que se quiera:
¡esto es una democracia porque el pueblo lo quiere!
¡Que la democracia es sólo ir a votar… Eso se lo cuentas a otro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario