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lunes, 18 de agosto de 2014

Vehemencias y mentiras: Pérez-Reverte y el Islam.

Pérez-Reverte afirma: “No les quepa duda. Seremos decapitados, tarde o temprano”. 

No contestaría esta afirmación si se tratara de dedicar mi tiempo a reflexionar sobre lo que dice el famoso académico de la lengua, porque hace mucho tiempo que me cansé de sus espadachines y sus emulaciones novelescas de Alejandro Dumas. Es cierto que Pérez-Reverte es buen escritor y mejor periodista, pero sus opiniones suelen ser dislates que sólo se basan en lo que a él le sale del alma, por no decir de otra parte más corporal, en cada momento. Tengo que reconocer que yo tengo el mismo vicio, tan propio de los pueblos mediterráneos, que no es otro que el de la vehemencia, la rabia exasperada que sale de la sangre caliente de los españoles. Pero a diferencia del famoso escritor, uno lo considera como un vicio y en cuanto que la cabeza se percata de que estamos perdiendo las riendas, hace frenar al potro desbocado y lo reconduce hacia la mesura y la templanza, (como explicó Freud a través de su concepto del “Superego”). Por el contrario nuestro escritor, cuando ve que la sangre se le calienta, toma la pluma y plasma todo lo que se le ocurre en el papel. Así hace sus famosas crónicas periodísticas en las revistas con las que colabora y así ha establecido un estilo propio de comentar la actualidad. El que uno dedique parte de su tiempo a analizar las afirmaciones del escritor cartagenero se debe a que, según mi parecer, esconde graves afirmaciones.

Parece que pretende ser una llamada de atención para que estemos atentos y preparemos nuestra defensa frente a posibles invasiones bárbaras de los pueblos que obedecen las consignas del Islam. Apoya su visión de este conflicto en su experiencia como reportero en otros que pudo presenciar y que tan fielmente nos contó en la televisión pública de aquellos años de finales del siglo XX, en que aún ejercía el periodismo a pie de calle.

Pero ahí radica lo más siniestro de sus afirmaciones, porque él conoció bien el caso de la antigua Yugoslavia, (Territorio Comanche), y sabe cómo este tipo de informaciones, tendentes a atemorizar a la opinión pública, que fueron manejadas durante años por algunos, (en especial por los serbios contra los bosnios musulmanes), acabaron creando unas masacres infames que tuvieron numerosas consecuencias dramáticas para todos, en especial para los propios bosnios que sufrieron matanzas calificadas por la mayor parte de los observadores de “genocidio y crímenes contra la humanidad”. Milosevic fue internado en la Haya para ser sometido a juicio por estos cargos y murió en su celda. Antes de todo aquello, durante años, los medios de comunicación controlados por los serbios habían envenenado al pueblo con mensajes del tipo de los que utiliza Pérez-Reverte en el artículo comentado y no me cabe duda de que éste habrá conocido de primera mano los mensajes racistas de Radovan Karadžić. (Por cierto, aquel conflicto acabó con  la intervención de la OTAN para parar aquellos crímenes y nuestro país formó parte del contingente, y a mucho honra).

Cuando uno califica a todo un pueblo por el mero hecho de pertenecer a una etnia, está elaborando un pensamiento que es racista. Cuando uno afirma que con toda seguridad nos van a decapitar está mintiendo. La afirmación de Pérez-Reverte es una mentira racista. Es decir, fascismo puro y duro.

Claro que hay asesinos sanguinarios entre los pueblos islámicos. Hay terroristas, hay radicales ignorantes y hay gobiernos que los apoyan. Algunos son gobiernos considerados criminales, como el de Irán, otros son gobiernos amigos, como los de las monarquías hermanas del Golfo Pérsico, incluida la de Arabia Saudí. Decir que todos los musulmanes son terroristas es como decir que todos los alemanes son nazis o que todos los napolitanos pertenecen a la mafia. Nadie con sentido común puede afirmar tal cosa. Yo tengo dos médicos palestinos, hay aquí un carnicero marroquí, y la mayor parte de la agricultura extremeña, (por ejemplo el tabaco del valle del Tietar), la cosechan los marroquís, entre los que hay algunos criminales y una mayoría de gente decente como en todas partes.

Nuestra obligación es responder a los riesgos con los medios de que disponemos, llegado el caso, si no queda otra solución, también con medios militares, pero no creo que Pérez-Reverte esté proponiendo que hagamos con todos los países musulmanes lo que Israel hace con Palestina. ¿O acaso se trata de justificar a Israel con sus afirmaciones?

Cuando él afirma que los musulmanes nos van a cortar la cabeza está tergiversando hechos constatables. Por ejemplo, es cierto que un grupo terrorista islámico, (y no ETA por cierto), produjo 190 muertes inocentes en los atentados del 11-M en Madrid. Nuestra policía acabó deteniéndolos y se suicidaron como los fanáticos que eran. Pero no es menos cierto, que sólo en los enfrentamientos de este mes los israelís han matado a más de 1.700 personas, la mayoría tan inocentes como los nuestros y entre los que se incluyen niños, mujeres, ancianos, (esa cifra es aproximadamente el doble de todas las víctimas producidas por ETA desde 1.960). De momento es a ellos a quienes están cortando la cabeza y eso debería preocupar a Pérez-Reverte porque eso es una verdad constatable. Lo demás son elucubraciones suyas.  

En el fondo de todo esto está la incapacidad de ver al “otro”, la incapacidad de aceptar a personas que son distintas a nosotros. Esa incapacidad es lo que hace a las personas racistas. El estudio de la antropología ha demostrado que en lo que se refiere a las costumbres los pueblos son muy distintos unos de otros, pero también que en las cosas fundamentales somos todos iguales. En la época de la Guerra Fría, decía una canción de Sting: I hope the Russians love their children too. Es decir: espero que los rusos sean como nosotros y no quieran ver morir a sus hijos, en definitiva, que no hagan uso de las bombas atómicas. Y así fue, los rusos también amaban a sus niños. ¡Qué casualidad que cuando había un bloque comunista los musulmanes nos importaban un pimiento y nadie los tildaba de asesinos peligrosos!

P.D. Mis opiniones son tan discutibles como las de cualquiera, pero no acepto que se desacrediten diciendo simplemente que son “buenismo”. Para rebatirlas deberá usarse argumentos, no calificativos estúpidos del tipo de los que se usan cuando alguien dice: voy a ser políticamente incorrecto…


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