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domingo, 29 de septiembre de 2013

Viaje a Berlín II




LUNES, 16 de SEPTIEMBRE.
El lunes 16 iniciamos nuestra ruta en la estación del S-bahn de Friedrichstraße. Recorrimos un trecho de la Avenida Unter den Linden (Bajo los Tilos) y llegamos a la Neue Waffe (Nueva Guardia), un monumento que empezó siendo conmemorativo de los caídos en la Primera Guerra Mundial, luego lo fue de los caídos en la segunda, luego de las víctimas de la dictadura comunista y finalmente en conmemoración de “todas las víctimas de la guerra y la tiranía”, así en términos generales, no sea que en un futuro próximo haya que cambiar la conmemoración a que se dedica. Un gran espacio vacío, oscuro, sólo iluminado por un círculo que se abre en la parte superior de la bóveda que lo cierra. Una escultura de bronce que parece plomo, negra. Una madre que abraza a su hijo muerto, que es la verdad definitiva de todas estas guerras totales y todos estos terremotos históricos.
Sales de esto con el corazón encogido y pasas por el Museo de la Historia Alemana, donde te saludan en la entrada una estatua de Lenin, una de un obrero comunista desnudo y otra del Kaiser, y un ángel que parece salir huyendo de toda esta Historia con mayúsculas que es el “leit motiv” de Berlín.
Por fin llegamos a la Isla de los Museos y nos dirigimos al Neues Museum que acoge una importante colección de restos arqueológicos egipcios entre los que se incluye el busto de Nefertiti y que ha sido recientemente rehabilitado bajo la dirección del arquitecto inglés David Chippenfield.
Nos dirigimos a la puerta con nuestros flamantes billetes de la “Berlin Welcome Card” y una especie de Frau Merkel funcionaria del Ministerio de Cultura Federal nos detiene explicándonos en alemán y en inglés que esos billetes que hemos sacado no incluyen las visitas de la “Museen Inseln”. Un trágico fallo.
Pero el turista no debe desanimarse y enseguida reinicia el sistema, cambia de idea y decide que las visitas a la famosa isla deben posponerse para otro día. Así que decide cambiar los planes fallidos por un paseo en bote por el río Spree visitando los lugares más famosos de Berlin próximos a esta corriente de agua. Al bajarnos buscamos un restaurante de cocina tradicional berlinesa en el que los menús nos parecieran adecuados, encontrándolo cerca de la Alexanderplatz, justo enfrente de la Marienkirche y la torre de la televisión.
Para la tarde decidimos visitar el barrio del Ku’damm, (que es como contraen el nombre de Kurfurstendam los berlineses). En la plaza del mismo nombre quedan los restos de la iglesia que mandó elevar el Kaiser Guillermo que ha quedado derruida para rememorar los muchos sufrimientos que el nacionalsocialismo trajo a la nación alemana y honrar a las víctimas de los bombardeos aliados que fueron inmisericordes con la población civil. Este barrio fue el centro del Berlin Occidental antes de la unificación, centro que ahora se ha trasladado a Postdamerplatz y la Friedrichstraße. Por ese motivo la zona está llena de comercios, pero además, conserva algunos edificios históricos y otros construidos recientemente con una interesante arquitectura moderna. La arquitectura moderna es uno de los atractivos de la ciudad, dada la renovación acelerada que se está produciendo tras la unificación. Tal vez, mejor que arquitectura, habría que hablar de construcción. Uno encuentra diseños interesantes en estos edificios, pero lo que llama la atención por encima de todo es la calidad constructiva empleada y los novedosos sistemas constructivos, que utilizan unas tecnologías industriales que aquí en la patria son menos frecuentes.




MARTES, 17 de SEPTIEMBRE.
Nos bajamos del S-bahn en la Potsdamerplatz. A esta hora de la mañana el cielo es de un azul magnífico y el aire está totalmente transparente. Los edificios de la zona están terminados, a diferencia de lo que ocurría hace tres años cuando los visitamos por primera vez. Las obras se han trasladado ahora a otras zonas. El magnífico edificio en cuña de la torre Debis de Renzo Piano me recuerda una maqueta que vi en el museo de la Bauhaus de uno de Mies Van der Rohe que nunca llegó a construirse. No sé si la intención fue rescatar el proyecto de Mies y actualizarlo o no tiene nada que ver, pero a mí me recuerda aquello, como si más de 70 años después hubieran querido recuperar el esplendor cultural que Berlín perdió en los turbios acontecimientos de los años treinta. Pero además de este edificio están muchos otros: el Hyatt hotel de Rafael Moneo, la Torre Kolhoff, de Hans Kolhoff o el Banco Berliner Volskbank de Arata Isozaki, los edificos comerciales y de vivienda de Richard Rogers y el Sony Center, de Helmut Jahn. Todo esto lo he descubierto ahora en este blog, porque cuando estuvimos allí sólo sabía que la torre Debis era de Renzo Piano.
En la plaza del edificio Sony conseguimos colarnos en un ascensor y subir hasta la cafetería, desde donde obtuvimos unas vistas magníficas del conjunto. Luego hicimos un recorrido por el barrio que allí se ha creado, donde destacan los espectaculares edificios High Tech de Richard Rogers.
A través de la Bernburgerstraße nos dirigimos hacia la Friedrichstraße para recorrer la parte de la avenida que no habíamos visitado el día anterior. Magníficos edificios modernos a un lado y otro de la calle, hacen de esta zona una de las mejor renovadas del nuevo Berlín. En la Französische Straße nos desviamos y tomamos un autobús hasta Alexanderplatz, donde ya conocíamos algunos restaurantes. Esta vez nos metimos en un italiano para variar un poco la dieta.
La tarde la dedicamos a la visita al Reichstag, concretamente a la cúpula de Norman Foster que es lo que te dejan ver. Para ello tuve que hacer la reserva a través de internet el día anterior, de modo que esta vez sí, pudimos entrar. Nos distrajimos un poco en el tiempo dedicado a la comida, de manera que tuvimos que tomar un taxi para no perder nuestro turno de entrada. La cúpula es magnífica y su relación con el medio está muy bien resuelta. Abierta por arriba, ilumina, ventila y gestiona térmicamente parte del edificio del congreso alemán. Desde la cúpula se tienen unas buenas vistas de la ciudad, tanto del lado este como del oeste.
Ya sabíamos de las buenas cervecerías que abarrotan las aceras de la Schiffbauerdamm, así que acabamos tomando una cerveza en la Berliner Republik.


jueves, 26 de septiembre de 2013

Viaje a Berlin I



SÁBADO, 14 de SEPTIEMBRE.
El sábado. día catorce, volamos a Berlín. Salimos a la una y diez minutos de Madrid y llegamos al aeropuerto de Tegel antes de la hora prevista, las cuatro y diez. Tuvimos problemas para averiguar cómo había que marcar desde allí los números de teléfono de la casa que habíamos alquilado pues nos los habían dado con los prefijos internacionales y la marcación no funcionaba. Finalmente lo averiguamos gracias a una amable azafata de información y hablamos con Frau Kämerer para anunciarle nuestra llegada. Tomamos un taxi hasta nuestro apartamento en el barrio de Friedenau, cerca de Stegliz, al suroeste del centro de Berlín y dedicamos el resto de la tarde a instalarnos, hacer acopio de viandas y, en definitiva, a organizar un poco las cosas.

DOMINGO, 15 de SEPTIEMBRE.
El domingo nos levantamos temprano y hacia las diez ya estábamos bajándonos del tren en la parada del S-bahn de la Puerta de Brandeburgo (Brandenburger Tor). Paseamos por la Avenida bajo los tilos (Unter den linden) hasta la Bebelplatz donde existe un memorial en el punto exacto en el que los nazis quemaban libros el 10 de mayo de 1933, frente a unas dependencias de la Universidad Humboldt. En el otro extremo de la plaza vimos la Catedral católica de Santa Euduvigis (St. Hedwigs Kathedrale), que en aquel momento celebraba una misa por lo que nos fuimos sin apenas asomarnos más allá de la entrada. Continuamos camino y enseguida llegamos a la plaza de Gendarmenmarkt, que aloja tres magníficas edificaciones: la catedral francesa, la catedral alemana y en el medio el Konzerthaus. Este último es un magnífico teatro del gran arquitecto del Berlin romántico, Schinkel, de quien tendríamos ocasión de visitar varios de sus edificios.  En el Konzerthaus tiene su sede la Konzerthausorchester Berlin que ofrece sus conciertos en este hermosísimo teatro. También entramos en una de las dos catedrales gemelas, la Deutscher Dom, que está dedicada a exposiciones sobre el gobierno federal y tiene en el interior de la torre una curiosa estructura de hormigón que la sujeta  desde que fue reconstruida tras la destrucción que sufrió en la II Guerra Mundial. La plaza está cerrada por hermosos edificios como el que dice ser la sede de la Academia de las Ciencias de Berlín y Brandeburgo.
Por la calle de los Franceses, (Französiche Straße), llegamos a la Isla de los Museos que atravesamos hasta llegar a la iglesia de la Werderscher Straße, donde pensábamos visitar la exposición que allí hay sobre Schinkel, el gran arquitecto del viejo Berlín, pero la inmensa obra del Castillo de Berlín, que se está reconstruyendo ahora, nos impidió la entrada (véase la foto superior). Pasamos junto al moderno edificio del Ministerio de Asuntos Exteriores y el hermoso Ayuntamiento Rojo, (Rotes Rathaus), para terminar llegando a la famosa Alexander Platz, donde pudimos ver de cerca la torre de la televisión, orgullo del Berlín Oriental, y la iglesia de Santa María, (la más antigua de Berlín), donde comprobamos que mucha gente de esta ciudad come de “la caridad cristiana” y no todos ellos son extranjeros, algunos son alemanes jubilados del Berlín Este a los que la pensión no les da para vivir.
Nosotros, por el contrario, comimos en una agradable terraza un plato típico berlinés, los inevitables preparados con carne de cerdo, salsa de cerveza, Sauerkraut (Chucrut), puré de patata y de manzana.
Después fuimos a recorrer un tramo del Karl Marx Alle, la gran avenida de la RDA en Berlín, con sus edificios a imitación de los que se construyeron en el Moscú soviético y barrios de viviendas para trabajadores, donde dominaban los carteles electorales de “Die Linke” y el SPD por encima de la omnipresente Muti, (Angela Merkel). En el metro había fotos antiguas de esta zona oriental.
Todavía por la tarde nos dio tiempo a ir en metro hasta la Bauer Straße y visitar los restos del muro de Berlín, el lugar conmemorativo y las instalaciones que allí se han situado para rememorar este triste episodio de la ciudad. Un kilómetro de paseo que incluyó la subida a la torre del Centro de Interpretación del Muro desde donde se puede ver un resto de éste con una torre de vigilancia incluida. 
Terminamos la jornada en la cervecería Go Gärtchen, muy cerca de nuestro apartamento.



viernes, 13 de septiembre de 2013

El Boss.


"En 1.988 tocamos para AMNISTÍA INTERNACIONAL en Mendoza, Argentina. Pero Chile estaba en nuestros corazones. Conocimos muchos familiares de desaparecidos que venían con fotografías de sus seres queridos. Fue un momento que ha quedado conmigo para siempre. Si eres un músico político, Victor Jara tiene que ser una gran inspiración. Es un honor estar aquí y decirles con humildad que Victor Jara está vivo". 
Bruce Springsteen en el pabellón Movistar Arena de Santiago de Chile. 12/09/2013. 


Yo no canto por cantar 
ni por tener buena voz, 
canto porque la guitarra 
tiene sentido y razón. 

Tiene corazón de tierra 
y alas de palomita, 
es como el agua bendita 
santigua glorias y penas. 

Aquí se encajó mi canto 
como dijera Violeta 
guitarra trabajadora 
con olor a primavera. 

Que no es guitarra de ricos 
ni cosa que se parezca 
mi canto es de los andamios 
para alcanzar las estrellas, 
que el canto tiene sentido 
cuando palpita en las venas 
del que morirá cantando 
las verdades verdaderas, 
no las lisonjas fugaces 
ni las famas extranjeras 
sino el canto de una alondra 
hasta el fondo de la tierra. 

Ahí donde llega todo 
y donde todo comienza 
canto que ha sido valiente 
siempre será canción nueva.

Manifiesto. Victor Jara. 

viernes, 6 de septiembre de 2013

jueves, 5 de septiembre de 2013

miércoles, 4 de septiembre de 2013